“Quiero la custodia completa de mi hijo, pero soy un padre adolescente y me preocupa no tener la profundidad emocional que tiene una mujer, aunque su madre no quiera la custodia para sí misma.«

Esta debe ser una situación muy difícil para ti, pero el hecho de que estés aquí pidiendo consejo demuestra que quieres hacer lo correcto para tu bebé.
Hombres y mujeres son igualmente capaces de cuidar niños. El hecho de ser hombre no influye en tu habilidad para criar un hijo.
Lo difícil es ser padre adolescente. Es difícil porque tú aún no has crecido del todo, tu cerebro no ha terminado de desarrollarse, así que cuidar a un bebé será duro.
Mi consejo es que te informes sobre cómo se desarrollan los niños (por ejemplo, cómo alimentarlo, cuánto deben dormir, qué es un desarrollo «normal»…). Conocerlo te hará sentir más seguro y confiado en lo que haces. En REC Parenting puedes encontrar una gran cantidad de información con base científica sobre el desarrollo infantil.
También es muy importante que cuentes con un sistema de apoyo a tu alrededor: tus padres, otros familiares, amigos… Necesitarás gente con quien hablar, gente que te ayude. También es bueno para tu bebé tener otros adultos en su vida que lo quieran y lo cuiden.
Controla tus expectativas: el comienzo será difícil, muy difícil. A medida que le cojas el tranquillo, las cosas se volverán más fáciles. Es importante que establezcas una rutina para ti y tu bebé.
No sé dónde vives, pero probablemente experimentes el juicio de la gente y el estigma social. Confía en la gente a la que quieres e ignora las opiniones y los juicios de las personas que no te importan.
También es muy importante que cuides tu propia salud mental. Cuando los padres tienen problemas de salud mental, son menos capaces de cuidar a sus hijos, prestan menos atención a sus necesidades y la calidad de vida familiar empeora.
Los niños que crecen con padres que tienen problemas de salud mental experimentan más estrés. Crecer con mucho estrés no es bueno para los niños. Así que asegúrate de sentirte fuerte para cuidar a tu bebé. Pide ayuda si tienes dificultades. Tener dificultades para cuidar a un bebé no te convierte en un mal padre ni en una persona débil.
Reflexiona sobre cómo controlas tus propias emociones. Gran parte del cuidado de nuestros hijos se relaciona con la capacidad de controlar nuestras propias emociones. Si te cuesta mantener la calma cuando estás estresado o experimentas frecuentes arrebatos de ira, busca ayuda.
Aquí te dejo algunos artículos que creo que te serán útiles:
Tienes Algún Consejo para Padres Solteros?
Consejos para Padres Primerizos
Cómo Afecta a los Hijos la Salud Mental de los Padres
Si necesitas ayuda, no dudes en contactarme. Estaré encantado de ayudarte. Os deseo lo mejor a los dos.
Un abrazo,
Ana
“¿Tienes algún consejo sobre cómo enseñar a los niños pequeños los sentimientos y las emociones de una manera que puedan comprender?”

Tu pregunta es muy importante porque la competencia emocional es una habilidad clave que los niños deben desarrollar. Numerosas investigaciones demuestran que a los niños emocionalmente competentes les suele ir mejor.
Una forma muy importante en que los niños aprenden sobre las emociones es observándonos. Aprenden más de lo que hacemos que de lo que decimos. Por lo tanto, si quieres que tu hijo gestione sus emociones eficazmente, debe observarte a ti gestionarlas de esa manera. Es más probable que tu hijo mantenga la calma en situaciones estresantes si tú estás tranquilo. Si pierdes la calma por completo, él también será más propenso a perderla.
En general, es buena idea validar sus emociones (por ejemplo, «Veo que estás enfadado»), pero no amplificarlas. La idea es decir algo como: «Sé que estás enfadado, veamos qué podemos hacer al respecto», en lugar de: «Veo que estás enfadado y tienes razón porque esto es horrible»). No menosprecies ni ridiculices sus emociones (p. ej., «No seas tonto, no hay razón para llorar»). Elógialo siempre cuando controle bien sus emociones (p. ej., «Mira qué bien lo has hecho. Estabas enfadado con tu hermana, pero conseguiste no pegarle»). Los niños son más propensos a repetir los comportamientos que reforzamos.
La idea es que le enseñes a tu hijo las herramientas para gestionar cualquier emoción que sienta. El mensaje es: lo que sientas está bien (no hay emociones correctas o incorrectas) y debes expresar esas emociones de forma adecuada (p. ej., si te sientes enfadado, puedes decirlo, pero no puedes pegarle).
Por último, recuerda que la idea no es que tu hijo evite las emociones incómodas, ya que en ciertas situaciones, es normal que sienta ansiedad. La idea es que aprenda a gestionar las emociones que experimente de forma eficaz.
Aquí tienes algunos artículos más que te pueden resultar útiles:
Mi Hijo de 3 Años Está Fuera de Control
¿Cuándo Terminan las Rabietas Infantiles?
¿Cómo Disciplinar a un Niño de 3 Años?
Espero que esta información te resulte útil.
Un abrazo,
Ana
“¿Recomiendas juguetes educativos para niños de 1 año? ¿O es demasiado pequeño para juguetes de tipo educativo que no sean solo sensoriales o algo así?”

Un niño de un año es como un pequeño científico. Constantemente prueba cosas para ver qué pasa: «¿Qué pasa si tiro la zanahoria al suelo? ¿Vuelve o se queda ahí?»; «¿Qué pasa si toco esa vela?»; «¿Qué hay detrás de esa puerta?». Esto significa que a esta edad aprenden de todo lo que hacen. No solo jugando con juguetes. Los niños de un año son muy felices jugando con una cacerola y tapas de plástico, cajas de cartón, una olla y una cuchara y cualquier otro tesoro que tengamos en casa.
Los juguetes apropiados para niños de un año son aquellos que les ayudan a desarrollar la coordinación ojo-mano, el desarrollo físico y las habilidades motoras. Aquí te doy algunas ideas:
- Libros: libros de cartón, libros táctiles, libros de actividades
- Juguetes para jugar: animales, vehículos, muñecos…
- Juguetes para construir: bloques de madera, clasificadores de formas
- Juguetes para practicar la motricidad fina: rompecabezas, tableros de clavijas grandes, tapas, interruptores o diales, pelotas grandes y pequeñas.
- Juguetes musicales
Los padres también se preguntan cuántos juguetes deberían tener sus hijos. No importa cuántos tengan, sino cuántos tengan disponibles en un momento dado. Un estudio realizado en 2017 sugiere que los niños pequeños de entre 18 y 30 meses jugaban mejor cuando tenían cuatro juguetes a la vez. Parece que con menos juguetes, los niños jugaban más tiempo y la calidad del juego era mejor.
Así que, si quieres comprarle juguetes a tu hijo, ¡genial! Pero no sientas la necesidad de comprarle muchos, ya que aprenden de todo lo que les rodea.
Espero que esta información te sea útil.
Un abrazo,
Ana
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“¿Es Halloween seguro para los niños? Mi pastor y mi madre me han estado diciendo que no debería dejar que mis gemelas se disfracen y salgan, porque es la noche del diablo y, de todas formas, es peligroso porque podrían intentar secuestrarlas en Halloween. Es su primer Halloween y ya tienen edad suficiente para disfrutarlo (son niñas de casi dos años). No quiero enfadar a mi madre ni a la congregación, ya que me juzgan como madre adolescente. Supongo que también estoy preocupada porque no he tenido la experiencia de pasar un Halloween divertido, ya que nunca me lo permitieron de pequeña (ahora tengo 17 años), pero quiero que las niñas disfruten de las fiestas y sean lo más normales posible para no arruinarlas, aunque soy una madre adolescente.»

Muchas gracias por tu email. Debe ser difícil para ti tener 17 años y criar gemelos. Espero que estés bien.
Hay dos temas en tu pregunta que me gustaría abordad. Una es si Halloween es peligroso y la otra es si va en contra de tus creencias. Empecemos por la primera.
Halloween conlleva algunos riesgos para los niños. El más importante son los coches: los niños tienen el doble de probabilidades de ser atropellados por un coche en la noche de Halloween que cualquier otra noche del año. Tus gemelas son muy pequeñas, así que imagino que todavía salen en cochecito. Ayuda a que los conductores te vean llevando barras luminosas o linternas, o usa ropa de colores claros para que te vean. Además del riesgo de los coches, con tus hijas de dos años debes vigilar lo que se llevan a la boca (por ejemplo, caramelos, gominolas…) para evitar que se atraganten. Por último, busca disfraces que indiquen «resistentes al fuego» en las etiquetas. Como ves, hay algunos aspectos a considerar al planificar Halloween, pero millones de niños salen a pedir a la calle cada año y no les pasa nada malo. Como madre, es importante que consideres el riesgo que pueden conllevar las diferentes situaciones o actividades, pero también es importante no dejar que el miedo controle tus decisiones.
La segunda cuestión que mencionas es si Halloween va en contra de tus creencias, las de tu madre y las de tu comunidad. ¿Está bien o mal que los niños celebren Halloween? Pues no hay una respuesta correcta o incorrecta. Depende completamente de tus valores. Si quieres que tus hijos vivan Halloween, adelante. Si, por el contrario, va en contra de tus valores, también está bien. Verás que, en muchas decisiones de crianza, no hay respuestas correctas o incorrectas; depende de tus valores y creencias. Escucha lo que tu madre y tu pastor tienen que decir y luego decide qué quieres para tus hijos basándote en tus propios valores.
Ser madre adolescente debe ser muy difícil, y es maravilloso que recibas el apoyo de tu madre, tu pastor y tu comunidad, pero no dejes que te juzguen. Al enviar este correo electrónico, demuestras claramente que te preocupas por tus gemelas y que te esfuerzas al máximo. Quiere a tus hijas, ponles límites y críalos según tus propias creencias y valores. Te deseo todo lo mejor y, si tienes más preguntas o dudas, no dudes en contactarme.
Te mando mucho cariño.
Ana
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«Probablemente te pregunten esto con mucha frecuencia, y he leído algunos artículos sobre los cuatro estilos de crianza, pero ¿cuál es, en tu opinión, el impacto de los estilos de crianza en el desarrollo infantil?»

Como sabes por tus lecturas, existen cuatro estilos tradicionales de crianza: democrático (cálido y exigente), autoritario (frío y exigente), permisivo (cálido y poco exigente) y negligente (frío y poco exigente). Hay mucha investigación sobre estos cuatro estilos de crianza y su relación con el desarrollo infantil. Lo que resulta muy claro es que a los niños con padres democráticos les suele ir mejor en la vida. En cambio, los niños con padres negligentes tienden a tener un peor desempeño. It seems pretty straight forward, right?
Sin embargo, ten en cuenta que ser un padre democrático no asegura que a tu hijo le vaya a ir bien. Lamentablemente, es mucho más complejo que eso, y estas son las razones:
1. Los estilos de crianza explican hasta cierto punto el desarrollo de los niños, pero no son el único factor que explica cómo les va.
2. Si te has dado cuenta, he dicho todo el tiempo que «los niños tienden a…«. ¿Por qué? Porque, aunque las investigaciones demuestran que los padres democráticos tienden a tener hijos con mejores resultados, no podemos asegurar con certeza que a todos los niños con padres democráticos les vaya bien. No es tan sencillo. A algunos niños con padres democráticos no les va nada bien, y a otros con padres negligentes les va muy bien a pesar de su crianza.
3. Los estilos de crianza no son contenedores separados.. Debemos pensar en los estilos de crianza como un continuo. Por ejemplo, se puede ser mayormente autoritario con un toque de permisividad.
4. En diferentes etapas y circunstancias de la vida, el estilo de crianza puede cambiar. Por ejemplo, cuando los padres atraviesan situaciones estresantes, tienden a volverse más autoritarios y su crianza se vuelve más severa.
5. Si tienes más de un hijo, es posible que tengas un estilo de crianza diferente con cada uno. ¿Por qué? Porque los padres influyen en sus hijos, pero los hijos también influyen en sus padres. Cada hijo provoca reacciones diferentes en ti y eso influirá en tu crianza.
Así que, intenta ser democrático siempre que puedas, porque sabemos que es lo mejor para nuestros hijos. Pero recuerda también que no siempre acertarás, y no pasa nada. Tu hijo no necesita una madre perfecta.
Te dejo algunos artículos sobre estilos de crianza que pueden resultarte útiles:
Estilos de Crianza: ¿Qué Son y Por Qué Importan?
Crianza Respetuosa o Gentle Parenting: ¿Es Mejor?
¿Qué es el Estilo de Crianza Autoritario?
Estilo Permisivo de Crianza: ¿Cómo Influye en el Desarrollo de los Niños?
Padres Helicóptero: Características y Consecuencias
Te deseo todo lo mejor.
Un abrazo,
Ana
“¿Pueden los padres enseñar regulación emocional a niños en edad preescolar o necesito llevarlo a un terapeuta?”

No es necesario que lleves a tu hijo a un terapeuta para enseñarle a regular sus emociones. Es fantástico que estés pensando conscientemente en cómo enseñarle sobre la regulación emocional. La regulación emocional es una de las habilidades más importantes que nuestros hijos deben desarrollar. En general, los niños que pueden regular sus emociones les suele ir mejor en la vida. La competencia emocional, la competencia social y el rendimiento académico están estrechamente relacionados.
¿Cómo puedes enseñarle? Primero, recuerda que los niños aprenden más de lo que hacemos que de lo que decimos. Así que, si quieres que tu hijo regule bien sus emociones, sé un modelo para él. Muéstrale cómo lo haces tú. Segundo, enséñale explícitamente sobre la regulación emocional. Cuando pierda el control, ayúdalo a calmarse y luego háblale sobre lo que siente, por qué y cómo manejar esas emociones. La idea no es que evite sentir emociones negativas, sino que pueda manejarlas adecuadamente. Tercero, los niños tienden a repetir los comportamientos que a sus padres les gustan. Así que elógialo siempre que controle sus emociones eficazmente e ignóralo y dile como hacerlo mejor cuando no lo haga.
Espero que esta información te sea útil.
Aquí tienes algunos artículos que te pueden ser útiles.
Cómo Promover la Inteligencia Emocional de Nuestros Hijos: Guía para Padres y Madres
Funciones Ejecutivas: ¿Qué Son y para Qué Sirven?
Fostering Emotional Intelligence in Children: A Guide for Parents
Os deseo lo mejor.
Un abrazo,
Ana
Tu hijo te rogó que lo apuntaras a karate y, tras mucha planificación, organización de horarios y cálculos financieros, lo inscribiste. Y dos semanas después de empezar las clases(justo cuando ya le habías comprado el equipo completo, claro), llega a casa diciendo: «Ya no quiero hacerlo«. ¿Qué hacer? ¿Dejas que lo deje o lo obligas a seguir?
La respuesta rápida es que, como en la mayoría de las decisiones que debemos tomar como padres, no hay una respuesta correcta o incorrecta. Todo depende de tus valores personales y de la situación particular de tu hijo. Pero profundicemos un poco más en este tema por si te encuentras en esta situación.
¿Por Qué Quiere tu Hijo Dejarlo?

Lo ideal es empezar por entender por qué tu hijo quiere dejarlo. No es lo mismo que quiera dejarlo porque no le gusta la actividad que porque se siente abrumado por los deberes y otros compromisos. Puede que le guste la actividad, pero no un aspecto específico: a tu hija le gusta el ballet, pero odia usar mallas. O puede que a tu hijo le encante el fútbol, pero el entrenador le grite y eso le dé ganas de dejarlo. Si a tu hijo no le gusta la actividad, es una cosa, pero si no le gusta algo de ella, quizás haya ajustes que ambos podéis hacer para que continue.
Si le preguntas a tu hijo: «¿Por qué quieres dejarlo?«, probablemente responderá: «No lo sé«. Así que puede ser mejor preguntarle: «¿Qué te gusta/no te gusta?«. No te apresures a darle tu opinión ni a ofrecer tus ideas. Escucha lo que tiene que decir.
¿Dejar esa Actividad Afectará la Vida de tu Hijo?
Si tu hijo quiere dejar un deporte y eso significa que no va a hacer nada de deporte, pues es mejor que le obligues a seguir o que elija otro deporte. Hazle ver que debería practicar al menos un deporte porque es bueno para él. Pero si tu hijo ya realiza tantas actividades que no tiene tiempo para jugar o está constantemente agotado, puede que no sea mala idea dejarle que lo deje.
Si vives cerca del mar o tienes piscina y, por lo tanto, es vital que tu hijo aprenda a nadar, no dejes que lo deje. Simplemente explícale que las clases de natación son obligatorias hasta que nade bien.
¿Qué Habilidades Estás Intentando Enseñarle a tu Hijo?
Obligar a tu hijo a perseverar puede enseñarle habilidades valiosas para la vida:
1) A salir de su zona de confort
2) El hecho de que con la práctica, mejoramos nuestras habilidades (aunque no seas un experto)
3) Compromiso
4) Perseverancia
Todas estas habilidades son importantes para aprender y desarrollar; sin embargo, dejar que tu hijo deje alguna actividad no significa que nunca las vaya a adquirir. Probablemente habrá otras oportunidades de aprendizaje en el camino.
Por otro lado, permitirle que deje alguna actividad también puede enseñarle habilidades valiosas:
1) Escuchar sus propias necesidades
2) Ser asertivo
¿Cuáles Son Tus Propias Creencias con Respecto a Dejar una Actividad?

Analiza tus propias reacciones: quizás te horrorice la idea de que tu hijo abandone una actividad. Quizás pienses: «En esta casa no somos de los que se rinden«; «He gastado tanto dinero en esto«; o «No puedes decepcionar a tu equipo«. O quizás dejas que lo dejen todo constantemente porque no quieres que tu hijo experimente ninguna incomodidad.
Revisa tus propios valores: ¿por qué quieres que lo deje o que siga haciéndolo? ¿Lo asocias con el fracaso? ¿Crees que está bien dejar de hacer lo que no te gusta? ¿Quizás quieres que tu hija practique ballet porque tú nunca lo hiciste de pequeña y era tu sueño? O aunque no eres muy musical, quieres que tu hijo toque el piano porque todos los niños de su clase tocan y no quieres que se quede fuera.
El Proceso de Toma de Decisiones
No suele ser buena idea aceptar que renuncie justo después de un partido desastroso o de no ser elegido como la bailarina estrella de la función navideña. De igual manera, no dejes que renuncie justo cuando lo recoges, ya que probablemente ha tenido un día largo, está cansado y hambriento. Y tú probablemente también. Ahora no es el momento de tomar decisiones. Dile que lo hablareis mañana.
¿Qué Edad Tiene tu Hijo?
Entiende el desarrollo infantil: los niños pequeños no entienden por qué dejar una actividad es un asunto tan complicado. No comprenderán lo que son los sentimientos encontrados. No entienden por qué tú te puedes sentirse enfadado o decepcionado. Con los niños pequeños, los padres tienen más que decir. Con los adolescentes, puede ser más apropiado dejar que decidan por sí mismos.
¿Qué Pasa si tu Pareja y Tú No Estáis de Acuerdo?

Quizás estés listo para llamar al entrenador de natación la primera vez que tu hijo diga que no quiere volver, mientras que tu pareja podría decir: «De eso nada. Se apuntó. Va a seguir«. ¿Quién tiene razón? Ambos. Ambos queréis lo mejor para vuestro hijo, pero cada uno tiene distintos puntos de vista. Intentad llegar a un acuerdo teniendo esto en cuenta. Quizás podéis llegar a un acuerdo: vuestro hijo puede dejar de nadar al final del trimestre.
Finalmente…
Dejar que tu hija deje la gimnasia, el fútbol, el violín o las clases de cocina parece una decisión crucial para la crianza, pero te aseguro que dentro de 20 años, ambos apenas recordareis si lo dejó o no, ni qué le dijiste en ese momento. Así que haz lo que creas mejor y no te preocupes demasiado.
Espero que esto te sea útil y ¡mucha suerte si te encuentras en esta situación!
Un abrazo,
Ana
Estos artículos te pueden resultar útiles:
¿Importan Realmente los Padres?
¿Tienes Consejos para una Buena Co-Crianza?
“¿Tienes algún libro favorito sobre crianza respetuosa?”

Me temo que no soy muy partidaria de la crianza respetuosa. Principalmente porque, desde un punto de vista teórico, no está claro qué entienden los padres por «crianza respetuosa» y, es que no está claro si realmente se trata de un estilo de crianza en si mismo. Además, no existen estudios, y me refiero a ningún estudio, que hayan examinado si la crianza respetuosa es buena o mala para los niños. Además, creo que establece expectativas poco realistas para los padres. Escribí un artículo hace un tiempo explicando por qué no soy muy partidaria. Puedes leerlo aquí. Me encantaría saber tu opinión.
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Estilos de Crianza: ¿Qué Son y Por Qué Importan?
¿Importan Realmente los Padres?
Crianza Respetuosa o Gentle Parenting: ¿Es Mejor?
Te deseo lo mejor.
Un abrazo,
Ana
“Ayuda, mi bebé llora cada vez que la dejo en la cuna. Tiene 6 meses y lleva así desde que tiene 1 mes.”

Los bebés nacen con su propio temperamento. Esto significa que algunos bebés son más fáciles que otros. Algunos bebés tienen temperamentos fáciles: no lloran mucho, comen bien, duermen bien y tienden a estar contentos. Otros bebés tienen temperamentos más difíciles: lloran mucho, no duermen ni comen tan bien, y son más irritables. Por lo tanto, esto podría explicar por qué a tu bebé le gusta que lo tengas en brazos. Es muy posible que simplemente le guste estar cerca de ti porque a tu lado está más relajado y tranquilo. Además, ten en cuenta que a los bebés les cuesta calmarse solos y les cuesta volver a dormirse después de estar en brazos en su cuna.
Sé muy bien que tener un bebé que solo quiere que estar en brazos es agotador. Así que, si es posible, pídeles a otros familiares o amigos que te ayuden con él. Quizás el bebé no quiera estar con ellos, pero pueden ayudarte con las tareas de la casa, así tendrás menos trabajo. Además, si te sientes muy agobiada, intenta no pasar mucho tiempo sola con el bebé. Sal a caminar con una amiga, únete a un grupo local de madres y bebés o simplemente siéntate con el bebé en una cafetería.
Espero que esta información te sea útil.
Un abrazo,
Ana
“¿Podrías aconsejarme sobre cómo manejar la agresión alimentaria en niños pequeños? Siento que voy a perder una mano cada vez que le doy algo de comer a mi sobrina.”

No estoy segura de que la «agresión alimentaria» sea realmente un problema, pero entiendo a qué te refieres. Hay dos estrategias que puedes usar para enseñarle a tu sobrina cómo comportarse alrededor de la comida. Primero, sé un ejemplo para ella. Los niños aprenden más de lo que ven que de lo que hacemos. Así que, cuando comas cerca de ella, cuando estéis todos juntos en la mesa, cuando te dé algo de comer, enséñale cómo comportarse correctamente. Segundo, cuando le des comida y se muestre agresiva, dile con calma pero con firmeza: «No, me haces daño cuando coges la comida así. Cógela con cuidado, así» (y dale el ejemplo). Cada vez que coja la comida bien, elógiala para que entienda cómo debe comportarse.
¡Espero que esto te ayude! Tu sobrina tiene mucha suerte de tener una tía con tanto interés como tú.
Un abrazo,
Ana
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“El profesor dice que mi hijo de 5 años no escucha en el jardín de infancia. ¿Qué puedo hacer?”

Puede parecer obvio lo que te voy a decir, pero antes de nada, revisa la audición de tu hijo. Puede que en casa oiga bien, pero en la guardería, con más ruido y más gente, le cueste más oír. Siempre es importante descartar cualquier posible causa física del comportamiento de nuestros hijos antes de centrarse en las psicológicas.
También podría ser que tu hijo tenga dificultades con el lenguaje, para seguir instrucciones o concentrarse. También podría sentirse nervioso en la guardería y eso le impide escuchar bien. Siempre es importante recordar que tu hijo no pretende ser irrespetuoso; sino que necesita ayuda para desarrollar su capacidad de escucha. Habla con el profesor sobre estas posibles razones y trabajar juntos para apoyar a tu hijo. Es muy importante que la guardería y tú trabajéis en equipo.
En casa, puedes practicar con tu hijo para desarrollar su capacidad de escucha. Enséñale que, siempre que el profesor le hable, debe mirarlo a los ojos y pedirle que repita lo que dijo si no lo entendió bien. El profesor también podría sentar a tu hijo junto a un niño que se porte bien para que le dé ejemplo de lo que debería hacer.
Normalmente, a medida que tu hijo se desarrolla, mejorará su capacidad de escuchar. Si no progresa, sería buena idea explorar si podría tener TDAH o alguna otra condición.
¡Os deseo lo mejor!
Ana
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“La abuela de mi hija, mi madre, a veces la calla criticándola, por ejemplo, diciéndole que debería ordenar su habitación antes de hacer videos de baile con sus amigas. Ten en cuenta que mi hija se los muestra a mi madre porque está emocionada con los bailes que está creando y quiere que ella también se emocione con ellos. A mi hija le hace sentir mal cuando mi madre la critica y desea que se centre más en las partes más positivas del video que comparte, como el baile o la diversión que tiene al hacerlos. ¿Cómo apoyo a mi hija con este dilema? Mi hija tiene 14 años y no quiere hacer un gran alboroto al respecto y definitivamente no quiere que le diga nada a mi madre. También es importante tener en cuenta que generalmente tienen una relación muy cercana, por lo que es tan doloroso para mi hija cuando suceden este tipo de cosas. Mi madre también solía hacer esto conmigo cuando era pequeña, ser quisquillosa con ciertas cosas y eso me impedía querer decirle cosas. Quiero apoyar a mi hija respetando su deseo de no decirle nada a mi madre, pero tampoco quiero que se encuentre en una situación en la que se sienta mal o no pueda defender sus sentimientos. ¿Alguna sugerencia?”

Esta situación ocurre a menudo. Lo que ocurre es que hay una desconexión entre lo que tu hija considera importante y lo que tu madre considera importante. Para tu hija, sus videos de baile son realmente importantes. Tu madre no entiende lo importantes que son para ella y considera que cosas como tener una habitación ordenada son más importantes.
Entiendo que esta situación duela a tu hija, pero tomémosla como una oportunidad de aprendizaje. Explícale que muchas veces en la vida habrá momentos en que las personas que la quieren no compartirán sus mismas pasiones o intereses. Dile que su abuela la quiere profundamente y que no quiere herir sus sentimientos, simplemente no se da cuenta de lo importantes que son los videos de baile para ella. Aprovecha esta oportunidad para enseñarle la importancia de ser asertivo, es decir, la capacidad de decirle a alguien cómo nos sentimos y qué queremos sin herir sus sentimientos. Así que podría practicar diciéndole a su abuela algo como: «Abuela, estos videos son importantes para mí, así que me encantaría que a ti también te gustaran. Te quiero y quiero compartir esto contigo, pero me duele que me critiques por hacerlos».
¡Os deseo lo mejor a las tres!
Un abrazo,
Ana
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¿Cómo Puedo Convencer a mi Hija de que Ponga a mi Nieto a Dieta?
“Tengo una relación tensa con mi madre (soy adulta y madre) porque siempre ha tenido trastorno bipolar, pero se negaba a tomar su medicación. Ahora está enferma y necesita cuidados, pero no sé si podré con ello. ¿Algún consejo sobre cómo ayudar a una madre con trastorno bipolar y, al mismo tiempo, proteger mi salud mental y la de mi hijo?”

El trastorno bipolar es una de las afecciones crónicas más comunes. Aproximadamente una o dos de cada 100 personas padecen trastorno bipolar. Esto significa que casi tantas personas viven con trastorno bipolar como con cáncer. Como bien sabes, se trata de una afección en la que el estado de ánimo puede fluctuar de un extremo a otro. Los estados de ánimo pueden durar de días a semanas. Algunas personas tendrán algunos episodios, mientras que otras pueden tener muchos.
Sin medicación, la persona puede presentar mala toma de decisiones, comportamientos de riesgo, insomnio, gastos excesivos, aislamiento social, dificultades para cumplir con las obligaciones laborales, falta de higiene personal, psicosis o, en el peor de los casos, suicidio.
Tu situación es difícil y puedes sentirte muy aislada. Por eso, conectar con otras personas que estén pasando por lo mismo que tú puede ayudarte a gestionarlo mejor y a sentirte menos sola. Organizaciones como la Alianza de Apoyo para la Depresión y el Trastorno Bipolar (DBSA) ofrecen un espacio seguro para cuidadores y familiares de personas que viven con trastorno bipolar.
Ahora mismo, con tu madre necesitando cuidados, debes decidir cómo quieres apoyarla. Solo tú puedes tomar esta decisión. Sería buena idea trabajar con un terapeuta para que te ayude a sobrellevar este momento. Un terapeuta te ayudará a establecer límites claros para ti y tu hijo. Y recuerda que puedes seguir apoyando a tu madre incluso si no participas directamente en su cuidado diario. Cuida tu salud mental y la de tu hijo, deja atrás la culpa que puedas sentir y actúa según tus propios valores.
Te deseo todo lo mejor.
Un abrazo,
Ana
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«¿Cómo debo cortar lazos con una hija tóxica? Tiene 30 años y es horrible conmigo. De verdad necesito priorizar mi salud mental y no quiero que me haga más daño.«

Lamento mucho saber que estás pasando por esto. Tu mensaje me entristece mucho.
Este tipo de problemas suelen surgir porque no hay límites claros entre tú y tu hija. Te recomiendo encarecidamente que busques el apoyo de un terapeuta. El terapeuta te ayudará a definir cuáles son tus límites, a comunicárselos a tu hija y a estar preparada para aplicar las consecuencias si se cruzan. También te dará las herramientas para gestionar tus emociones y pensamientos.
Creo que es tan importante que trabajes con un terapeuta es que tu situación es poco común. Una encuesta reciente de la organización benéfica Stand Alone muestra que solo el 5% de los padres distanciados de sus hijos, cortan la relación ellos mismos. Es tan poco común, en parte porque nuestra sociedad espera que los padres quieran incondicionalmente a sus hijos y acepten cualquier tipo de tratamiento. Por lo tanto, al ser una situación poco común, puede resultar especialmente aislante, lo cual no es bueno para tu salud mental. Necesitas un espacio para hablar de tu situación con compasión y sin prejuicios.
Los padres suelen cortar relaciones con sus hijos por las mismas razones que los hijos cortan con sus padres: conflictos familiares, diferencias de valores personales, abuso de sustancias y otros comportamientos problemáticos. Una investigación realizada por Stand Alone muestra que, en el caso de las hijas, las razones más comunes para cortar vínculos son los problemas de salud mental y el abuso emocional, mientras que en el caso de los hijos, el divorcio y la familia política son las razones más comunes.
El distanciamiento no siempre es permanente. Las madres y las hijas, en particular, son más propensas a atravesar fases de distanciamiento y reunificación. Además, ten en cuenta que si cortas vínculos con tu hija, habrá momentos, como las vacaciones y los cumpleaños, en los que probablemente lo encuentres más difícil.
Estaré encantada de ayudarte a encontrar un terapeuta. Solo ponte en contacto conmigo.
Te deseo todo lo mejor.
Un abrazo,
Ana
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¿Cómo Llevarte Bien con tus Suegros?
“Mi hijo se golpeó la cabeza y se hizo un chichón grande estando con mi madre, pero ella no me dice qué pasó. Lo llevé al médico y está bien, pero ahora no sé si puedo confiar en mi madre para que lo cuide. ¿Debería seguir confiando en ella?”

Esta es una situación complicada para ti. Lo siento.
Supongo que tu hijo es demasiado pequeño para contarte lo que pasó, así que solo puedes confiar en tu madre y ella no te dice nada. Por muy difícil que sea, tu prioridad debería ser la seguridad de tu hijo. Así que, si yo fuera tú, le diría a mi madre que no puede pasar tiempo a solas con él a menos que te cuente lo sucedido. Le diría que estáis encantados de pasar tiempo con ella, pero que ahora mismo no os sentís seguros dejándole al niño.
¿Cómo está tu madre de salud? ¿Será que no te lo cuenta porque no lo recuerda? Quizás valga la pena llevarla al médico para una revisión.
Te deseo todo lo mejor.
Un abrazo,
Ana
“¿Tienes algún consejo sobre cómo lidiar con las rabietas de un niño de 5 años? Lleva unos meses de muy mal humor.”

Las rabietas son menos comunes después de los 3 años, pero aún pueden ocurrir a los 5. Sin embargo, si está preocupada, consulte a tu médico.
Las rabietas son episodios breves de comportamientos extremos y, a veces, agresivos, en respuesta a la frustración o la ira. Suelen incluir llanto, golpes, lanzamiento de objetos, empujones, y retención de la respiración. Las rabietas ocurren por hambre, cansancio, enfermedad y frustración. Por lo tanto, la prevención es la mejor manera de evitarlas.
Ocurren porque a tu hijo aún le puede resultar difícil controlar sus emociones. A medida que tu hijo crece y aprende a expresar sus sentimientos con palabras, la frecuencia, duración e intensidad de las rabietas disminuyen (¡no te desesperes! Hay luz al final del túnel).
Si no logras prevenirlas, no hay mucho que puedas hacer una vez que comiencen. Lo mejor es esperar. Asegúrate de que tu hijo esté seguro (a veces se puede golpea la cabeza contra la pared o el suelo), quédate cerca, pero no hagas nada. Una vez que termine, límpiale las lágrimas y redirige su atención a otra actividad.
El acrónimo (en inglés) R.I.D.D. puede ayudarte a manejar las rabietas:
- Mantén la calma
- Ignora la rabieta
- Distrae al niño en cuanto termine
- Asegúrate de que tu hijo esté seguro, pero no cedas a sus exigencias.
No cedas. Si cedes ante la rabieta, estás reforzando el comportamiento y tu hijo sabrá que si tiene una rabieta, conseguirá lo que quiere. Sabemos que puede ser doloroso verlo, pero lo mejor para tu hijo es que esperes a que termine.
Las rabietas pueden llevarte al límite. Intenta mantener la calma lo más posible. Si crees que vas a perder los nervios, asegúrate de que tu hijo esté seguro y sal de la habitación unos segundos para tranquilizarte. Otra técnica útil es llamar a un amigo y charlar un rato para distraerte mientras te aseguras de que tu hijo esté seguro. O pídele a un vecino que venga. Y recuerda, esta fase no durará para siempre, aunque a veces parezca que sí.
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Un abrazo,
Ana
“¡Ayuda! Mi hijo de 3 años está fuera de control. Rompe todo, se enfada, está irritable, es incontrolable».

A los 3 años, a tu hijo le resulta muy difícil controlar sus emociones. Y a esta edad, cuando está feliz, está MUY feliz, y cuando está enfadado, está MUY enfadado. A esta edad, los niños se vuelven más independientes. La mayoría ya puede caminar y, con esta nueva independencia física, quieren que se les permita hacer cosas. Y cuando les dices «NO», empieza la frustración. Y como no pueden controlar esa frustración ni expresar cómo se sienten, ¡empiezan las rabietas!
Las rabietas ocurren por hambre, cansancio, enfermedad y frustración. Por lo tanto, la prevención es la mejor manera de evitarlas.
Algunos consejos útiles son:
- Establece una rutina consistente para que el niño sepa cuándo es hora de ir a dormir, bañarse, comer y jugar.
- Lleva algo de comer cuando salga para evitar que tu hijo tenga hambre.
- Si es posible, evite actividades “aburridas” como ir al supermercado o a la oficina de correos alrededor de la hora de la siesta o del almuerzo, cuando es más probable que su hijo esté de mal humor.
- Ten juguetes a mano para poder distraer a su hijo si comienza a ponerse nervioso.
Si no logras evitarlo, no hay mucho que puedas hacer una vez que empiece la rabieta. Lo mejor es esperar a que pase. Asegúrate de que tu hijo esté seguro (a veces se golpea la cabeza contra la pared o el suelo), quédate cerca, pero no hagas nada. Una vez que termine, límpiale las lágrimas y redirige su atención a otra actividad.
El acrónimo (en inglés) R.I.D.D. puede ayudarte a manejar las rabietas (es más fácil decirlo que hacerlo, lo sabemos):
- Mantén la calma
- Ignora la rabieta
- Distrae al niño en cuanto termina la rabieta
- Asegúrate que tu hijo está bien pero no de les lo que quiere
No cedas. Si cedes ante la rabieta, estás reforzando el comportamiento y tu hijo sabrá que si hace una rabieta, conseguirá lo que quiere. Sabemos que puede ser doloroso verlo, pero lo mejor para tu hijo es que esperes a que termine.
Por último, recuerda que los niños aprenden más de lo que hacemos que de lo que decimos. Sé un buen ejemplo para tu hijo y gestiona tus emociones con calma.
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Un abrazo,
Ana
“Mi hija de 3 años tiene rabietas por todo. ¿Cómo puedo pararlo?”

Las rabietas son episodios breves de comportamiento extremo, y a veces agresivo, en respuesta a la frustración o la ira. Suelen incluir llanto, golpes, lanzamiento de objetos, mordiscos, empujones, y retención de la respiración.
Las rabietas ocurren porque en esta etapa es muy difícil para tu hijo controlar sus emociones. A esta edad, cuando está feliz, está MUY feliz, y cuando está enfadado, está MUY enfadado. A esta misma edad, los niños se vuelven más independientes. La mayoría ya pueden caminar y, con esta nueva independencia física, quieren que se les permita HACER cosas. Y cuando les dices «NO», comienza la frustración. Y como no pueden controlar esa frustración ni expresar cómo se sienten, ¡empieza la rabieta!
Las rabietas ocurren por hambre, cansancio, enfermedad y frustración. Por lo tanto, la prevención es la mejor manera de evitarlas.
Algunos consejos útiles son:
- Establece una rutina constante para que el niño sepa cuándo es hora de acostarse, bañarse, comer y jugar.
- Si es posible, evita actividades aburridas como ir al supermercado o a la oficina de correos cerca de la siesta o la hora de comer, cuando tu hijo es más propenso a estar de mal humor.
- Ten juguetes listos para distraer a tu hijo si empieza a frustrarse.
- Si no logras evitar la rabieta, no hay mucho que puedas hacer una vez que comience la rabieta. Lo mejor es esperar a que pase. Asegúrese de que tu hijo esté seguro (a veces se golpean la cabeza contra la pared o el suelo), quédate cerca, pero no haga nada. Una vez que termine, redirije su atención a otra actividad.
El acrónimo R.I.D.D. (en inglés). Puede ayudarte a controlar las rabietas:
- Mantén la calma
- Ignora la rabieta
- Distrae al niño en cuanto termine
- Asegúrate de que tu hijo esté seguro, pero no cedas a sus exigencias.
No cedas. Si cedes a la rabieta, estás reforzando el comportamiento y tu hijo sabrá que si tiene una rabieta, conseguirá lo que quiere. Sabemos que puede ser doloroso verlo, pero lo mejor para tu hijo es que esperes a que termine la rabieta.
Las rabietas ocurren entre los dos y los tres años, pero pueden ocurrir incluso a los 12 meses. Se presentan en el 87 % de los niños de 18 a 24 meses, el 91 % de los de 30 a 36 meses y el 59 % de los de 42 a 48 meses. Suelen ocurrir una vez al día durante unos tres minutos. A medida que tu hijo crece y aprende a expresar sus sentimientos con palabras, la frecuencia, duración y gravedad de las rabietas disminuyen (¡no desesperes! Hay luz al final del túnel).
Las rabietas y las crisis pueden llevarte al límite. Intenta mantener la calma lo más posible. Si crees que vas a perder los estribos, trata de mantener la calma. Si ves que vas a perder los nervios, vete de la habitación o llama a una amiga.
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Un abrazo,
Ana
“Mi bebé no deja de llorar”

No das mucha información, pero sé que es increíblemente difícil tener un bebé que no para de llorar.
El llanto es la forma que tienen los bebés de comunicarse con sus cuidadores. Los bebés tienden a llorar cuando tienen hambre, cansancio, dolor, sed, malestar o están solos. Cuando tu bebé llore, busca las posibles razones: ¿Ha comido bien? ¿Tiene el pañal seco? ¿Ha dormido bien? ¿Tiene fiebre? Si todo parece estar bien y sigues pensando que llora mucho, llévalo al médico para que revise otras posibles causas de su llanto.
No sé la edad de tu bebé, pero es importante entender qué es un llanto normal. Todos los bebés lloran; sin embargo, algunos lloran más que otros, lo que dificulta que los padres y cuidadores mantengan la calma. Normalmente, los bebés lloran de 4 a 5 horas al día, con un pico entre las 6 y las 8 semanas de vida. A partir de los 3 meses aproximadamente, la mayoría de los bebés empiezan a llorar un poco menos. También es muy normal que el llanto aparezca y desaparezca sin que entiendas por qué. Y que el bebé no deje de llorar hagas lo que hagas. También es muy común que los bebés lloren más al final de la tarde o al anochecer.
Cuando llora, dale el pecho, cógele en brazos o llévalo en una mochila. Darle un masaje o un baño, o sacarlo a pasear, puede calmarlo.
Estar sola con un bebé que llora puede ser muy duro. Si te resulta demasiado, llama a una amiga, pídele ayuda a una vecina o sal a un lugar donde haya más gente. Y recuerda nunca sacudir a tu bebé.
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Un abrazo,
Ana
“¿Qué consecuencias recomendarías en casa por mal comportamiento en el colegio? Mi hijo tiene 12 años y ha estado gritando, diciendo palabrotas y negándose a seguir las reglas, pero nuestras conversaciones con él no parecen estar dando resultados.

Entiendo tu desesperación. Es realmente frustrante cuando nada de lo que haces funciona para cambiar el comportamiento de tu hijo. Primero, hablaría con sus profesores para tener una visión completa de lo que está pasando en el colegio: ¿El mal comportamiento se repite en todas las clases con todos los profesores? ¿Se comporta así todos los días o solo en días específicos? ¿Cómo está su estado de ánimo en general? ¿Tiene amigos? ¿Están bajando sus notas? Intenta tener una visión completa de su vida en el colegio y no solo de los momentos en que se porta mal. Es muy importante que trabajéis en equipo con la escuela.
Habla con él, no sobre su comportamiento en particular, sino sobre su vida: ¿Cómo le va en general? ¿Tiene amigos? ¿Se siente bien integrado en el colegio? ¿Está bien en casa? ¿Tiene alguna preocupación?
Cambia la dinámica: Puede que hayas caído en un círculo vicioso. Tu hijo se porta mal, nada de lo que le dices funciona, estás enfadado, él está enfadado y no pasáis tiempo juntos ni disfrutáis estando juntos. Necesitas cambiar la dinámica: dale la oportunidad de empezar de cero cada día. Cada día es un nuevo día para que se porte bien. Y recuerda elogiarlo. Muchas veces, ignoramos cuando nuestros hijos se portan bien y solo nos centramos en sus malos comportamientos. Siempre que lo haga bien, elógialo.
Ahora abordemos su comportamiento. Por lo que dices, hay tres comportamientos que necesita cambiar: gritar, decir palabrotas y no seguir las reglas. Así que, en lugar de decirle «tienes que portarte bien«, desglosémoslo para que sea más manejable para él: 1) no puedes gritar, 2) no puedes decir palabrotas y 3) debes seguir las reglas. Y luego vincula cada comportamiento con una recompensa. No sé qué le guste a tu hijo, pero podría ser algo como: «Tendrás tiempo de pantalla todos los días que no grites en el colegio«; o «Todos los días que no digas palabrotas, haremos tortitas para desayunar«, etc. Luego pídele al profesor que te envíe un breve informe sobre esos tres comportamientos todos los días.
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Un abrazo,
Ana
Esta es la pregunta que los investigadores han estado tratando de comprender durante las últimas décadas. Y no es fácil de responder. ¿Se trata de los genes o del entorno? ¿Cuánto nos influyen los genes? ¿Qué rasgos se ven influenciados por la genética? ¿Cuánto nos influye el entorno? ¿De qué maneras? ¿En qué medida?
¿Nacemos o nos Hacemos?

La psicología surgió como ciencia a principios del siglo XX, con la idea de que somos lo que aprendemos. Desde entonces, tanto los psicólogos como el público general asumieron que el entorno era la principal influencia en nuestro desarrollo. Es decir, nuestros padres, nuestro vecindario, nuestra familia extendida, nuestra escuela y nuestros amigos moldean en quiénes nos convertimos. De todos estos factores, los padres eran considerados los más influyentes. Parece bastante lógico que quienes nos crían sean quienes más influyan en nuestra formación, ¿verdad? Pero si esta premisa fuera correcta, los hermanos que viven en la misma casa, con los mismos padres, asisten a la misma escuela y comparten la misma familia extendida deberían ser muy similares en personalidad y resultados. Pero si tienes hermanos o un par de hijos, sabrás que los hermanos no son iguales. Tienen similitudes, pero también son muy diferentes en personalidad y resultados. Esto significa que la suposición de que nuestro entorno es la principal influencia en el desarrollo humano no funciona.
Entonces, si no es el entorno, ¿qué? Los genes. Los psicólogos se dedicaron a examinar cómo la genética moldea quiénes somos. Los investigadores diseñaron estudios con gemelos y adopción para analizar el efecto de la crianza (entorno) y la naturaleza (genes). Te cuento cómo funcionan estos dos métodos, porque son fascinantes.
Estudios de Gemelos y de Adopción
Los estudios con gemelos se basan en la comparación de gemelos idénticos (o monocigóticos) con gemelos fraternos (o dicigóticos) en diversas variables: personalidad, inteligencia, rendimiento académico, habilidades cognitivas, habilidades sociales… ¿Por qué son interesantes los gemelos? Porque los gemelos idénticos comparten el 100% de sus genes, mientras que los fraternos solo comparten el 50%. La premisa de los estudios con gemelos es que cualquier diferencia entre gemelos idénticos y fraternos debe deberse a la genética, ya que han vivido en (más o menos) el mismo entorno. ¿Qué encuentran los estudios con gemelos? Generalmente, encuentran que los gemelos idénticos se parecen más entre sí que los fraternos. Esto sugiere que los genes importan más que el entorno.
Curiosamente, esto ocurre incluso en casos en los que los gemelos idénticos han sido criados por separado. Como te puedes imaginar, encontrar gemelos criados por separado no es tan común, pero se han examinado alrededor de un par de cientos de pares. ¿Qué encuentran estos estudios? Que los gemelos que nunca han vivido juntos se parecen más entre sí que a los hermanos con los que han vivido, tengan o no parentesco biológico. Esto sugiere que son los genes, y no el entorno, los que impulsan las similitudes.
Los estudios sobre adopción se basan en comparar si los niños adoptados se parecen más en las mismas variables: personalidad, inteligencia, rendimiento académico, habilidades cognitivas, habilidades sociales, etc., a sus padres adoptivos (con quienes comparten el entorno) que a sus padres biológicos (con quienes nunca han compartido el entorno, pero comparten el 50% de sus genes). ¿Qué encuentran los estudios sobre adopción? Sugieren que los niños adoptados tienden a parecerse más a sus padres biológicos que a sus padres adoptivos. Esto demuestra que el entorno no es tan relevante como creemos.
¿Debemos Concluir que Todo Es Cuestión de Genes?

No. Tanto los genes como el entorno nos moldean para convertirnos en quienes somos. Las últimas investigaciones psicológicas sugieren que todos los rasgos psicológicos son hereditarios en diferentes grados. Por ejemplo, se estima que la inteligencia es hereditaria en un 50%, el autismo en un 70% y la discapacidad lectora en un 60%.
Es muy importante comprender cómo funcionan los genes. Los genes no son inamovibles. No tienen la última palabra. En cambio, funcionan de forma probabilística. Podemos ser portadores de ciertos genes, pero eso no significa que todos se expresen. Se necesita un entorno específico para que se expresen. Por eso, aunque los gemelos idénticos tienen exactamente los mismos genes, no son completamente idénticos en sus personalidades ni en sus resultados. Y no son idénticos porque sus genes se expresan de diferentes maneras según sus experiencias, entornos… La genética no lo es todo, pero explica en gran medida por qué y cómo somos diferentes.
Nuestro entorno no es algo que simplemente está ahí. En gran medida, construimos nuestro entorno basándonos en nuestras predisposiciones genéticas. Por ejemplo, si tienes un hijo muy deportista o musical, te insistirá para que lo lleves a actividades deportivas o musicales. O si tienes un hijo muy introvertido, podría pedirte que no asistas a fiestas de cumpleaños. Moldeamos nuestro entorno en gran medida en función de nuestras predisposiciones genéticas.
¿Significa Esto que los Padres No Importan?
No. Los padres importan, y mucho, pero no de la forma en que solemos pensar. Importan porque creamos el entorno donde nuestros hijos se desarrollan. Y importan porque la crianza debe consistir en crear una relación sólida y amorosa con nuestros hijos. Después de todo, la relación padre-hijo es una de las más importantes que tendremos.
La realidad es que, como padres, tenemos mucho menos control del que nos gusta creer. Como dice el Dr. Russel Barkley en su excelente charla, podemos relajarnos y disfrutar de nuestros hijos. No podemos moldearlos para que sean lo que queremos que sean. Por mucho que lo intentemos. No somos carpinteros que puedan moldear a nuestros hijos para que se conviertan en lo que queramos que sean. En cambio, podemos ser jardineros y proporcionarles un terreno fértil para que crezcan y se desarrollen en lo que quieran ser.
Los niños alcanzarán su máximo potencial genético siempre que estén bien alimentados, queridos y bien cuidados. Los niños necesitan estimulación, pero la idea de que cuanto más los estimulemos, más inteligentes y capaces serán es errónea. Hay un límite. Así que podemos dejar de apuntar a nuestros bebés a programas de estimulación temprana y de ponerles ópera durante el embarazo, esperando que se conviertan en genios. Ese tipo de cosas no funcionan. Estimula a tu hijo, por supuesto, pero sabiendo qué puede y qué no puede hacer en cada etapa de su desarrollo y sabiendo que no lo convertirás en un Steve Jobs 2.0. Como padres, no tenemos el poder de hacerlo.
Se habla mucho sobre los estilos de crianza. Tienen su importancia, y es fantástico que seamos conscientes del tipo de padres que queremos ser y, sobre todo, del tipo de relación que queremos tener con nuestros hijos, pero debemos tener en cuenta que, la mayoría de las veces, simplemente respondemos a nuestros hijos. Es decir, los niños nacen con un temperamento que se debe principalmente a la genética. Algunos niños son muy difíciles (quisquillosos, irritables, lloran mucho) mientras que otros son fáciles (sonrientes, tranquilos, duermen bien, comen bien). Obviamente, es mucho más fácil ser padre de un niño fácil que de uno difícil. La forma en que criemos a esos dos niños será diferente, y no porque elijamos hacerlo conscientemente, sino porque reaccionamos a su genética.
¿Deberíamos Ignorar los Consejos para Padres?

No lo creo. Definitivamente deberíamos descartar a cualquier «experto» que prometa que si haces esto o aquello, el coeficiente intelectual de tu hijo aumentará 20 puntos, se convertirá en un genio matemático o un prodigio deportivo. Ignora a cualquier experto que te prometa alterar el desarrollo de tu hijo. Pero los consejos para padres son útiles para ayudarnos a gestionar problemas complejos como las conductas desafiantes, la disciplina o el sueño.
Y Por Último…
Gran parte de lo que nos convertimos depende de la genética. Esto no significa que no podamos hacer nada para apoyar a nuestros hijos. La genética y el entorno interactúan, así que lo mejor que podemos hacer por ellos es crear un entorno seguro y amoroso con límites claros. Y recuerda siempre que la crianza no es un medio para conseguir fin. Se trata de tener una buena relación con nuestros hijos. Nuestro objetivo debe ser estar con ellos, no cambiarlos. ¿No es un mensaje liberador?
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Referencias
Plomin, R. (2018). Blueprint. How DNA Makes Us Who We Are. United Kingdom: Allen Lane.
Segal, N. (2021). Deliberately Divided. Inside the Controversial Study of Twins and Triplets Adopted Apart. Un
“Por favor, necesito ayuda con la ansiedad por separación. El bebé solo quiere a su mamá, pero ella trabaja todo el día. Soy un padre discapacitado y me ocupo yo del niño todo el día, y siento que mi bebé me odia y no quiere saber nada de mí.»

Cuanto siento que te sientas así. Te aseguro que tu bebé no te odia.
Tu bebé está mostrando preferencia parental. Recuerda que la preferencia parental es cambiante. Si no eres el padre preferido en este momento, no significa que se mantendrá así. Es una etapa pasajera. No es señal de cuánto te quiere.
La preferencia parental es algo por lo que pasan muchísimos niños pero no es algo que comprendamos completamente desde una perspectiva de desarrollo.
Cuando tu hijo llore pidiendo a su madre, dile algo como: «Sé que quieres a tu madre, pero ahora no puede jugar contigo. Yo estoy aquí para jugar contigo«. Al hacer esto, estableces un límite, lo cual es crucial para el desarrollo infantil.
Por mucho que tu hijo prefiera su madre, mantente involucrado y no te alejes. Puede que sientas ganas de desaparecer, pero no lo hagas porque no será bueno para vuestra relación. Estate atento a no sentir resentimiento contra tu niño. No cometas el error de volverte más permisivo ni ceder a todos los deseos de tu hijo para que te quiera más.
A la vez, tu niño parece haber desarrollado ansiedad por separación. La ansiedad por separación es el miedo que tienen los niños a estar lejos de sus cuidadores. La ansiedad por separación aparece cuando los niños se dan cuenta que son entidades separadas de sus cuidadores pero todavía no comprenden que ellos siguen existiendo cuando no les pueden ver (esto se llama permanencia del objeto). Su hijo se pone ansioso porque no entiende que su esposa regresará. Como resultado, tu hijo puede llorar, gritar o aferrarse a tu mujer cuando se separa de ella. La ansiedad por separación es una parte normal del desarrollo infantil. Suele comenzar alrededor de los 6-7 meses y alcanza su punto máximo entre los 14 y los 18 meses, para disminuir cuando los niños llegan a la edad preescolar o escolar. Algunos niños pueden experimentar ansiedad por separación un poco más de tiempo que otros, ya que cada niño se desarrolla a un ritmo diferente. Si tu hijo sigue experimentando ansiedad por separación después de los 3 años o durante la edad preescolar, conviene hablarlo con su médico. Especialmente si interfiere con su capacidad para ir o quedarse en el colegio. También habla con su médico si crees que su ansiedad es demasiado extrema.
Espero que esta información te sea útil. Recuerda que es muy importante cuidarte. Como padre, te puedes sentir muy solo ocupándotelo todo el día de tu niño. Si quieres hablar sobre este o cualquier otro tema, ponte en contacto conmigo.
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Os deseo a los tres todo lo mejor.
Un abrazo,
Ana
«Mi bebé de 11 meses está muy inquieto ¿es normal?«

Los bebés nacen con su propio temperamento. Algunos son muy tranquilos, otros muy inquietos y otros se encuentran en un punto intermedio. Siempre que tu bebé no tenga dolor, hambre ni un pañal mojado, es normal que un bebé de 11 meses sea inquieto. Sin embargo, si te preocupa, consulta con tu médico para descartar cualquier problema de salud subyacente.
En cuanto a que sea muy dependiente, esto también es normal. No es malo que los niños sean dependientes (aunque sé muy bien que es agotador). De hecho, es una buena señal que tu hijo sea dependiente, ya que significa que ha establecido un fuerte vínculo contigo, lo cual es bueno para su desarrollo.
¿Cuándo terminará esta etapa? Cuando esté listo para soltarse. Algunos niños necesitan tiempo a solas, mientras que otros quieren estar cerca de su madre o padre todo el tiempo. La clave es recordar que cada niño se desarrolla a un ritmo diferente. Te aseguro que en algún momento te soltará y, como han establecido un vínculo fuerte, se sentirá seguro para salir a explorar el mundo, sabiendo que estarás ahí para él cuando te necesite.
Sé que tener un bebé inquieto y pegado a tí es agotador y puede ser increíblemente frustrante. Avísame si quieres tener una sesión individual para hablar sobre estrategias que puedan ayudarte a superar esta etapa.
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Os deseo todo lo mejor.
Un abrazo,
Ana
“¿Cómo puedo ayudar a mi hijo de 16 años con ansiedad?”

Es importante que comprendas la ansiedad de su hijo. Es absolutamente normal que se sienta ansioso ante situaciones difíciles, como un examen o conocer gente nueva. En esos casos, la ansiedad es una emoción adaptativa porque se adapta a la situación a la que se enfrenta. La ansiedad se convierte en un problema (y, en última instancia, en un trastorno) si se siente ansioso durante seis meses o más o si su ansiedad es tan intensa que altera su funcionamiento diario. En este caso, puede ser buena idea que consultéis a un psicólogo especializado en ansiedad en adolescentes.
Habla con él sobre su ansiedad: pregúntale cómo se siente mental y físicamente y hablar sobre qué le causa ansiedad (un examen, hablar en público, conocer gente nueva…). Después, ayúdale a reconocer cuándo está ansioso (por ejemplo, siente las manos húmedas, se le acelera el corazón, su respiración se vuelve superficial…). El siguiente paso es idear juntos técnicas de relajación que pueda usar siempre que reconozca esas señales de ansiedad. Estas técnicas pueden ser: respirar profundamente 10 veces, contar hasta 10, visualizar un lugar o una persona que le haga feliz, o echarse agua muy fría en la cara o las muñecas. La idea es que, cada vez que sienta que la ansiedad se acerca, use una de estas herramientas. Debe usar la que mejor le funcione. Como puedes ver, el objetivo no es eliminar la ansiedad, sino ayudarle a gestionarla.
Muy a menudo, cuando los adolescentes se sienten ansiosos, evitan las situaciones que les causan ansiedad. Por ejemplo, evitan ir a una fiesta de cumpleaños o hacer un examen. Esta es una gran solución a corto plazo, pero la evasión a largo plazo empeora la ansiedad porque no afrontar la situación la hace aún más aterradora. Si este es el caso de tu hijo, ayúdalo a ir paso a paso para afrontar la situación que le causa ansiedad. El mensaje que debes transmitirle es que cada vez que se enfrente a la situación que le causa ansiedad, la ansiedad se irá aliviando.
Finalmente, es importante que valides la ansiedad de tu hijo y le hagas sentir seguro y escuchado, pero no la amplifiques. Tu mensaje debe ser: «Sé que estás ansioso y está bien, y estoy aquí para ayudarte a superarlo».
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Os deseo a ti y a tu hijo todo lo mejor.
Un abrazo,
Ana