Muchos padres tienen problemas de salud mental. Esto es muy preocupante, ya que sus hijos pueden tener más dificultades durante su crecimiento. Te explico por qué.
¿Cómo Afecta la Salud Mental de los Padres a sus Hijos?
Cuando los padres tienen problemas de salud mental, tienen dificultades para cuidar a sus hijos, prestan menos atención a sus necesidades y la calidad de la vida familiar empeora. Los padres pueden ser más duros con sus hijos o distanciarse de ellos.
Los niños que crecen con padres que tienen problemas de salud mental experimentan más estrés. Crecer con mucho estrés no es bueno para los niños. Estos niños son más propensos a tener peor salud mental y a tener dificultades durante su desarrollo. Pueden crecer sintiéndose inseguros y con angustia.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que las experiencias de crecer con un padre o madre con problemas de salud mental son muy diferentes. No es lo mismo para un niño crecer con un padre que a menudo es hospitalizado porque padece graves problemas de salud mental, que crecer con un padre que tiene un episodio puntual durante su vida.
La Salud Mental de las Madres Es Importante desde el Embarazo

La salud mental de las madres influye en la de sus hijos incluso antes de que nazcan. Cuando las mujeres tienen niveles muy altos de estrés (1) durante el embarazo, sus bebés son más activos en el útero. Al nacer, son más propensos a ser hiperactivos e irritables, y a tener problemas de alimentación y sueño.
Lamentablemente, 1 de cada 5 mujeres embarazadas o madres primerizas desarrolla un problema de salud mental. ¿Por qué? Porque durante este período, las mujeres experimentan un cambio enorme. Todo cambia: su cuerpo, su identidad, su relación de pareja… En definitiva, todo. Y esto las hace ser muy vulnerables.
La Depresión Es el Problema de Salud Mental Más Común en las Madres.
Las mujeres pueden desarrollar muchos problemas de salud mental: ansiedad, trastorno de estrés postraumático (TEPT), trastornos del estado de ánimo… Pero el más común es la depresión posparto. Se estima que 1 de cada 10 mujeres tiene depresión posparto.
Cuando una madre está deprimida, es menos receptiva con su bebé. Habla menos, sonríe menos y se distancia más de él. En consecuencia, su bebé se vuelve menos receptivo y más apático (2). Esto es perjudicial para el desarrollo del bebé. Los bebés necesitan estimulación para desarrollarse plenamente. Cuando una madre está deprimida, le resulta difícil estimular a su bebé.
Los bebés de madres deprimidas aprenden a interactuar de esta manera con todos los adultos que tienen a su alrededor. Como estos bebés son más apáticos, los adultos que los rodean tienden a responderles de forma menos positiva.
Las madres deprimidas (3) son más propensas a:
- No interactuar con sus bebés.
- Tener más dificultades para entender las emociones de su bebé.
- Tener más dificultades para criar a sus hijos.
- Sentir hostilidad y resentimiento hacia el bebé.
- Descuidar o maltratar a su bebé.
Como consecuencia, sus bebés son más propensos a:
- Experimentar retrasos en el crecimiento y el desarrollo.
- Desarrollar un apego inseguro.
- Experimentar un funcionamiento cognitivo deficiente.
- Sufrir trastornos afectivos en etapas posteriores de la vida.
- Desarrollar problemas de conducta.
La Salud Mental de los Padres También Importa

La salud mental de los padres (4) y cómo afecta a sus hijos es un área de investigación relativamente nueva, ya que hasta hace poco los padres no participaban tanto en la vida de sus hijos. Ahora sabemos que la salud mental de los padres también es importante. Cuando los padres tienen dificultades con su salud mental, sus hijos tienden a verse afectados negativamente.
La depresión posparto es el problema de salud mental más común entre los padres y el que más se ha estudiado. Se estima que 1 de cada 10 padres la experimenta.
Los hijos (5) de padres con depresión son más propensos a:
- Tener un temperamento difícil
- Experimentar problemas de salud mental a largo plazo
¿Es Igual de Importante la Salud Mental de las Madres y los Padres?
Sabemos que la salud mental de las madres y los padres influye en el desarrollo de sus hijos. Sin embargo, parece que no importan de la misma manera.
Parece que, en el caso de las madres, es su salud mental la que influye directamente en sus hijos. Mientras que, en el caso de los padres, no es tanto su propia salud mental la que influye en los niños, sino las dificultades socioeconómicas (6) que suelen ir de la mano de los problemas de salud mental de los padres.
De hecho, los problemas de salud mental de los padres rara vez ocurren por sí solos. Los padres que tienen problemas con su salud mental a menudo también experimentan desempleo, dificultades financieras, conflictos familiares, o pueden consumir drogas y alcohol.
En general, es peor para los niños cuando sus madres tienen problemas de salud mental que cuando son sus padres quienes tienen problemas. Sin embargo, como se puede imaginar, la peor situación para un niño es cuando ambos padres tienen problemas de salud mental.
Padre y Madre Se Influencian Mutuamente

La salud mental de las madres influye en la salud mental de los padres y viceversa. Y ambas influyen en la salud mental del niño. Por ejemplo, los futuros padres (7) son más propensos a estar deprimidos y ansiosos cuando su pareja embarazada está deprimida. Aproximadamente una cuarta parte de las madres con depresión posparto (8) tienen una pareja deprimida.
La dinámica opuesta también puede ocurrir. A veces, cuando la madre está deprimida, el padre puede asumir una mayor responsabilidad para compensar a la madre que está pasando por dificultades (9). Las madres pueden hacer lo mismo cuando el padre está deprimido.
¿Cómo Pueden los Padres Cuidar de su Salud Mental?
- Aprendiendo sobre salud mental y crianza.
- Hablando con amigos y familiares sobre cómo se sienten.
- Consultando a un profesional de la salud mental.
- Alimentándose bien.
- Haciendo ejercicio.
- Manteniéndose en contacto con amigos y familiares.
Finalmente…
Si tienes problemas de salud mental, no sufras en silencio. Estamos aquí para ayudarte. Ponte en contacto conmigo y empezaremos a apoyarte en seguida.
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Un abrazo,
Ana
Referencias
(1) DiPietro, J. A. (2012). Maternal stress in pregnancy: considerations for fetal development. Journal of adolescent health, 51(2), S3-S8. http://dx.doi.org/10.1016/j.jadohealth.2012.04.008
(2) Loveyjoy, M.C., Graczyk, P.A., O’Hare, E., & Neuman (2000). Maternal depression and parenting behaviour: a meta-analytic review. Clinical Psychology Review, 20, (5), https://doi.org/10.1016/S0272-7358(98)00100-7
(3) Jung, V., Short, R., Letourneau, N., & Andrews, D. (2007). Interventions with depressed mothers and their infants: Modifying interactive behaviours. Journal of affective disorders, 98(3), 199-205. https://doi.org/10.1016/j.jad.2006.07.014
(4) Fisher, S. D. (2017). Paternal mental health: why is it relevant?. American journal of lifestyle medicine, 11(3), 200-211.
(5) Pemberton, C. K., Neiderhiser, J. M., Leve, L. D., Natsuaki, M. N., Shaw, D. S., Reiss, D., & Ge, X. (2010). Influence of parental depressive symptoms on adopted toddler behaviors: An emerging developmental cascade of genetic and environmental effects. Development and psychopathology, 22(4), 803-818. https://doi.org/10.1017/S0954579410000477
(6) Kieran, K.E., & Mensah, F.K. (2009). Poverty, maternal depression, family status, and children’s cognitive and behavioural development in early childhood: A longitudinal study. Journal of Social Policy, 38(4), 569-588. https://doi.org/10.1016/j.infbeh.2006.07.010
(7) Field, T., Diego, M., Hernandez-Reif, M., Figuereido, B., Deeds, O., Contogeorgos, J., & Ascencio, A. (2006). Prenatal paternal depression. Infant Behaviour and Development, 29(4), 579-583.
(8) Goodman, J.H. (2008). Influences of maternal postpartum depression on fathers and on father-infant interaction. Infant mental health journal: Official publication of the world association for infant mental health, 29(6), 624-643.
(9) Hossain, Z., Field, T., Gonzalez, J., Malphurs, J., Valle, C.D., & Pickens, J. (1994). Infants of depressed mothers interact better with their non depressed fathers. Infant Mental Health Journal, 15(4), 348-357.
Por lo general, las mujeres reciben toda la atención y el cuidado médico durante el embarazo. Pero una vez que nace el bebé… toda la atención y el cuidado médico se destinan al bebé, dejando a la nueva madre más o menos ignorada.
De hecho, un nuevo informe recién publicado muestra que solo el 23% de las madres dijeron que se sintieron muy apoyadas por la atención médica que recibieron durante la fase posparto.
¡Esto es un gran error! Las mujeres necesitan atención durante el período posparto, también conocido como el cuarto trimestre. Este período de 12 semanas después del nacimiento trae una gran alegría, pero también es un momento muy vulnerable.
¿Por qué? Porque las nuevas madres experimentan muchos cambios: su cuerpo cambia, sus emociones pueden ser abrumadoras, su relación con su pareja cambia, ya no son «libres», pueden tener falta de sueño, pueden sentirse aisladas… Básicamente, todo el universo de una nueva mamá cambia. Las nuevas mamás necesitan apoyo.
No es de extrañar que 1 de cada 5 nuevas madres se vean afectadas por problemas de salud mental. Los más comunes son la depresión y la ansiedad posparto. Otras mujeres padecen condiciones más graves, como psicosis perinatal, trastorno de estrés postraumático y trastornos del estado de ánimo.
Muchas mujeres no padecen ningún problema de salud mental, pero necesitan apoyo para acostumbrarse a su nueva realidad. Tener un hijo es una experiencia profundamente transformadora.
Un problema común que experimentan las madres primerizas son los pensamientos relacionados con el daño al bebé. ¿Qué son? Son pensamientos de daño intencional o no intencional al bebé. Pueden presentarse en forma de:
- pensamientos (ej., “mi bebé podría morir”)
- impulsos (e.j., tener la urgencia de sacudir o tirar al bebé)
- imágenes (e.j., una imagen mental de la cabeza del bebé golpeando la pared)
Estos pensamientos son increíblemente comunes entre las madres primerizas. ¡Se estima que casi todas las madres primerizas los tienen! Sin embargo, no hablamos de este tema y nos hace sentirnos avergonzados, culpables, e incómodos.

Los padres también pueden tener estos pensamientos. No hay mucha investigación al respecto, pero se estima que 2/3 de los padres los experimentan.
Es muy importante destacar que tener estos pensamientos no suele significar que estas madres o padres representen un riesgo para el bebé. El hecho de que se sientan horrorizados al tener estos pensamientos, es una fuerte señal de que no van a hacerle daño a su bebé.
Sin embargo, las emociones que estos pensamientos provocan pueden ser muy fuertes y perturbadoras y por ello es recomendable buscar apoyo. Para algunas personas puede ser suficiente hablarlo con un amigo cercano o familiar. Otras pueden necesitar apoyo profesional.
Uno de nuestros objetivos en REC Parenting es apoyar la salud mental de las madres durante el cuarto trimestre. Por eso tenemos una masterclass (también puedes escucharla como podcast) con la Dra. Caroline Boyd hablando sobre pensamientos relacionados con el daño infantil. La Dra Boyd es una reconocida psicóloga clínica y una de las principales expertas en este campo. Su masterclass es increíblemente informativa, empática y llena de consejos prácticos.
Si estás esperando un bebé o tuviste un bebé recientemente, te animo a que veas o escuches esta masterclass.
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Si tienes alguna pregunta, no dudes en ponerte en contacto conmigo.
Y recuerda enviar aquí cualquier pregunta que puedas tener sobre la crianza de los hijos. Te responderemos en el correo electrónico de preguntas y respuestas de la próxima semana.
Ana