“¿Qué consecuencias recomendarías en casa por mal comportamiento en el colegio? Mi hijo tiene 12 años y ha estado gritando, diciendo palabrotas y negándose a seguir las reglas, pero nuestras conversaciones con él no parecen estar dando resultados.

Entiendo tu desesperación. Es realmente frustrante cuando nada de lo que haces funciona para cambiar el comportamiento de tu hijo. Primero, hablaría con sus profesores para tener una visión completa de lo que está pasando en el colegio: ¿El mal comportamiento se repite en todas las clases con todos los profesores? ¿Se comporta así todos los días o solo en días específicos? ¿Cómo está su estado de ánimo en general? ¿Tiene amigos? ¿Están bajando sus notas? Intenta tener una visión completa de su vida en el colegio y no solo de los momentos en que se porta mal. Es muy importante que trabajéis en equipo con la escuela.
Habla con él, no sobre su comportamiento en particular, sino sobre su vida: ¿Cómo le va en general? ¿Tiene amigos? ¿Se siente bien integrado en el colegio? ¿Está bien en casa? ¿Tiene alguna preocupación?
Cambia la dinámica: Puede que hayas caído en un círculo vicioso. Tu hijo se porta mal, nada de lo que le dices funciona, estás enfadado, él está enfadado y no pasáis tiempo juntos ni disfrutáis estando juntos. Necesitas cambiar la dinámica: dale la oportunidad de empezar de cero cada día. Cada día es un nuevo día para que se porte bien. Y recuerda elogiarlo. Muchas veces, ignoramos cuando nuestros hijos se portan bien y solo nos centramos en sus malos comportamientos. Siempre que lo haga bien, elógialo.
Ahora abordemos su comportamiento. Por lo que dices, hay tres comportamientos que necesita cambiar: gritar, decir palabrotas y no seguir las reglas. Así que, en lugar de decirle «tienes que portarte bien«, desglosémoslo para que sea más manejable para él: 1) no puedes gritar, 2) no puedes decir palabrotas y 3) debes seguir las reglas. Y luego vincula cada comportamiento con una recompensa. No sé qué le guste a tu hijo, pero podría ser algo como: «Tendrás tiempo de pantalla todos los días que no grites en el colegio«; o «Todos los días que no digas palabrotas, haremos tortitas para desayunar«, etc. Luego pídele al profesor que te envíe un breve informe sobre esos tres comportamientos todos los días.
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Os deseo todo lo mejor. Ponte en contacto conmigo si quieres discutirlo en profundidad.
Un abrazo,
Ana
“¿Es una señal de problemas de control de esfínteres que mi hija se niegue repentinamente a sentarse en el orinal? Ha tenido múltiples accidentes diarios durante las últimas tres semanas por esta razón, pero antes no tenía problemas.”

Me hubiera gustado saber la edad de tu hija para poder responder mejor a tu pregunta.
Primero la llevaría al médico para descartar cualquier tipo de problema físico como estreñimiento, infección de vejiga o diabetes. Como alternativa, considera si ha ocurrido algo recientemente que pueda haberle afectado ¿Se ha negado a usar el orinal al empezar la guardería o el colegio? ¿Se han mudado recientemente, se han divorciado o han tenido un bebé?
También es útil recordar que aprender a usar el orinal es una habilidad y, como en cualquier otra, el aprendizaje no es lineal; suele tener contratiempos. No es extraño que los niños experimenten regresiones en el aprendizaje de usar el orinal. Por lo tanto, trata de ser paciente y comprensiva. Recuérdale suavemente que tiene que usar el orinal. Cuando lo use, elógiela y demuéstrale claramente lo contento que estás. A los niños les gusta que sus padres estén contentos con ellos, por lo que es probable que repitan comportamientos que a ellos les gustan. No armes un escándalo si tiene accidentes. Dile con cariño que la próxima vez debe acordarse del usar el orinal. Y recuerda que no lo hace a propósito.
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Un abrazo,
Ana
Esta es la pregunta que los investigadores han estado tratando de comprender durante las últimas décadas. Y no es fácil de responder. ¿Se trata de los genes o del entorno? ¿Cuánto nos influyen los genes? ¿Qué rasgos se ven influenciados por la genética? ¿Cuánto nos influye el entorno? ¿De qué maneras? ¿En qué medida?
¿Nacemos o nos Hacemos?

La psicología surgió como ciencia a principios del siglo XX, con la idea de que somos lo que aprendemos. Desde entonces, tanto los psicólogos como el público general asumieron que el entorno era la principal influencia en nuestro desarrollo. Es decir, nuestros padres, nuestro vecindario, nuestra familia extendida, nuestra escuela y nuestros amigos moldean en quiénes nos convertimos. De todos estos factores, los padres eran considerados los más influyentes. Parece bastante lógico que quienes nos crían sean quienes más influyan en nuestra formación, ¿verdad? Pero si esta premisa fuera correcta, los hermanos que viven en la misma casa, con los mismos padres, asisten a la misma escuela y comparten la misma familia extendida deberían ser muy similares en personalidad y resultados. Pero si tienes hermanos o un par de hijos, sabrás que los hermanos no son iguales. Tienen similitudes, pero también son muy diferentes en personalidad y resultados. Esto significa que la suposición de que nuestro entorno es la principal influencia en el desarrollo humano no funciona.
Entonces, si no es el entorno, ¿qué? Los genes. Los psicólogos se dedicaron a examinar cómo la genética moldea quiénes somos. Los investigadores diseñaron estudios con gemelos y adopción para analizar el efecto de la crianza (entorno) y la naturaleza (genes). Te cuento cómo funcionan estos dos métodos, porque son fascinantes.
Estudios de Gemelos y de Adopción
Los estudios con gemelos se basan en la comparación de gemelos idénticos (o monocigóticos) con gemelos fraternos (o dicigóticos) en diversas variables: personalidad, inteligencia, rendimiento académico, habilidades cognitivas, habilidades sociales… ¿Por qué son interesantes los gemelos? Porque los gemelos idénticos comparten el 100% de sus genes, mientras que los fraternos solo comparten el 50%. La premisa de los estudios con gemelos es que cualquier diferencia entre gemelos idénticos y fraternos debe deberse a la genética, ya que han vivido en (más o menos) el mismo entorno. ¿Qué encuentran los estudios con gemelos? Generalmente, encuentran que los gemelos idénticos se parecen más entre sí que los fraternos. Esto sugiere que los genes importan más que el entorno.
Curiosamente, esto ocurre incluso en casos en los que los gemelos idénticos han sido criados por separado. Como te puedes imaginar, encontrar gemelos criados por separado no es tan común, pero se han examinado alrededor de un par de cientos de pares. ¿Qué encuentran estos estudios? Que los gemelos que nunca han vivido juntos se parecen más entre sí que a los hermanos con los que han vivido, tengan o no parentesco biológico. Esto sugiere que son los genes, y no el entorno, los que impulsan las similitudes.
Los estudios sobre adopción se basan en comparar si los niños adoptados se parecen más en las mismas variables: personalidad, inteligencia, rendimiento académico, habilidades cognitivas, habilidades sociales, etc., a sus padres adoptivos (con quienes comparten el entorno) que a sus padres biológicos (con quienes nunca han compartido el entorno, pero comparten el 50% de sus genes). ¿Qué encuentran los estudios sobre adopción? Sugieren que los niños adoptados tienden a parecerse más a sus padres biológicos que a sus padres adoptivos. Esto demuestra que el entorno no es tan relevante como creemos.
¿Debemos Concluir que Todo Es Cuestión de Genes?

No. Tanto los genes como el entorno nos moldean para convertirnos en quienes somos. Las últimas investigaciones psicológicas sugieren que todos los rasgos psicológicos son hereditarios en diferentes grados. Por ejemplo, se estima que la inteligencia es hereditaria en un 50%, el autismo en un 70% y la discapacidad lectora en un 60%.
Es muy importante comprender cómo funcionan los genes. Los genes no son inamovibles. No tienen la última palabra. En cambio, funcionan de forma probabilística. Podemos ser portadores de ciertos genes, pero eso no significa que todos se expresen. Se necesita un entorno específico para que se expresen. Por eso, aunque los gemelos idénticos tienen exactamente los mismos genes, no son completamente idénticos en sus personalidades ni en sus resultados. Y no son idénticos porque sus genes se expresan de diferentes maneras según sus experiencias, entornos… La genética no lo es todo, pero explica en gran medida por qué y cómo somos diferentes.
Nuestro entorno no es algo que simplemente está ahí. En gran medida, construimos nuestro entorno basándonos en nuestras predisposiciones genéticas. Por ejemplo, si tienes un hijo muy deportista o musical, te insistirá para que lo lleves a actividades deportivas o musicales. O si tienes un hijo muy introvertido, podría pedirte que no asistas a fiestas de cumpleaños. Moldeamos nuestro entorno en gran medida en función de nuestras predisposiciones genéticas.
¿Significa Esto que los Padres No Importan?
No. Los padres importan, y mucho, pero no de la forma en que solemos pensar. Importan porque creamos el entorno donde nuestros hijos se desarrollan. Y importan porque la crianza debe consistir en crear una relación sólida y amorosa con nuestros hijos. Después de todo, la relación padre-hijo es una de las más importantes que tendremos.
La realidad es que, como padres, tenemos mucho menos control del que nos gusta creer. Como dice el Dr. Russel Barkley en su excelente charla, podemos relajarnos y disfrutar de nuestros hijos. No podemos moldearlos para que sean lo que queremos que sean. Por mucho que lo intentemos. No somos carpinteros que puedan moldear a nuestros hijos para que se conviertan en lo que queramos que sean. En cambio, podemos ser jardineros y proporcionarles un terreno fértil para que crezcan y se desarrollen en lo que quieran ser.
Los niños alcanzarán su máximo potencial genético siempre que estén bien alimentados, queridos y bien cuidados. Los niños necesitan estimulación, pero la idea de que cuanto más los estimulemos, más inteligentes y capaces serán es errónea. Hay un límite. Así que podemos dejar de apuntar a nuestros bebés a programas de estimulación temprana y de ponerles ópera durante el embarazo, esperando que se conviertan en genios. Ese tipo de cosas no funcionan. Estimula a tu hijo, por supuesto, pero sabiendo qué puede y qué no puede hacer en cada etapa de su desarrollo y sabiendo que no lo convertirás en un Steve Jobs 2.0. Como padres, no tenemos el poder de hacerlo.
Se habla mucho sobre los estilos de crianza. Tienen su importancia, y es fantástico que seamos conscientes del tipo de padres que queremos ser y, sobre todo, del tipo de relación que queremos tener con nuestros hijos, pero debemos tener en cuenta que, la mayoría de las veces, simplemente respondemos a nuestros hijos. Es decir, los niños nacen con un temperamento que se debe principalmente a la genética. Algunos niños son muy difíciles (quisquillosos, irritables, lloran mucho) mientras que otros son fáciles (sonrientes, tranquilos, duermen bien, comen bien). Obviamente, es mucho más fácil ser padre de un niño fácil que de uno difícil. La forma en que criemos a esos dos niños será diferente, y no porque elijamos hacerlo conscientemente, sino porque reaccionamos a su genética.
¿Deberíamos Ignorar los Consejos para Padres?

No lo creo. Definitivamente deberíamos descartar a cualquier «experto» que prometa que si haces esto o aquello, el coeficiente intelectual de tu hijo aumentará 20 puntos, se convertirá en un genio matemático o un prodigio deportivo. Ignora a cualquier experto que te prometa alterar el desarrollo de tu hijo. Pero los consejos para padres son útiles para ayudarnos a gestionar problemas complejos como las conductas desafiantes, la disciplina o el sueño.
Y Por Último…
Gran parte de lo que nos convertimos depende de la genética. Esto no significa que no podamos hacer nada para apoyar a nuestros hijos. La genética y el entorno interactúan, así que lo mejor que podemos hacer por ellos es crear un entorno seguro y amoroso con límites claros. Y recuerda siempre que la crianza no es un medio para conseguir fin. Se trata de tener una buena relación con nuestros hijos. Nuestro objetivo debe ser estar con ellos, no cambiarlos. ¿No es un mensaje liberador?
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Referencias
Plomin, R. (2018). Blueprint. How DNA Makes Us Who We Are. United Kingdom: Allen Lane.
Segal, N. (2021). Deliberately Divided. Inside the Controversial Study of Twins and Triplets Adopted Apart. Un
“Por favor, necesito ayuda con la ansiedad por separación. El bebé solo quiere a su mamá, pero ella trabaja todo el día. Soy un padre discapacitado y me ocupo yo del niño todo el día, y siento que mi bebé me odia y no quiere saber nada de mí.»

Cuanto siento que te sientas así. Te aseguro que tu bebé no te odia.
Tu bebé está mostrando preferencia parental. Recuerda que la preferencia parental es cambiante. Si no eres el padre preferido en este momento, no significa que se mantendrá así. Es una etapa pasajera. No es señal de cuánto te quiere.
La preferencia parental es algo por lo que pasan muchísimos niños pero no es algo que comprendamos completamente desde una perspectiva de desarrollo.
Cuando tu hijo llore pidiendo a su madre, dile algo como: «Sé que quieres a tu madre, pero ahora no puede jugar contigo. Yo estoy aquí para jugar contigo«. Al hacer esto, estableces un límite, lo cual es crucial para el desarrollo infantil.
Por mucho que tu hijo prefiera su madre, mantente involucrado y no te alejes. Puede que sientas ganas de desaparecer, pero no lo hagas porque no será bueno para vuestra relación. Estate atento a no sentir resentimiento contra tu niño. No cometas el error de volverte más permisivo ni ceder a todos los deseos de tu hijo para que te quiera más.
A la vez, tu niño parece haber desarrollado ansiedad por separación. La ansiedad por separación es el miedo que tienen los niños a estar lejos de sus cuidadores. La ansiedad por separación aparece cuando los niños se dan cuenta que son entidades separadas de sus cuidadores pero todavía no comprenden que ellos siguen existiendo cuando no les pueden ver (esto se llama permanencia del objeto). Su hijo se pone ansioso porque no entiende que su esposa regresará. Como resultado, tu hijo puede llorar, gritar o aferrarse a tu mujer cuando se separa de ella. La ansiedad por separación es una parte normal del desarrollo infantil. Suele comenzar alrededor de los 6-7 meses y alcanza su punto máximo entre los 14 y los 18 meses, para disminuir cuando los niños llegan a la edad preescolar o escolar. Algunos niños pueden experimentar ansiedad por separación un poco más de tiempo que otros, ya que cada niño se desarrolla a un ritmo diferente. Si tu hijo sigue experimentando ansiedad por separación después de los 3 años o durante la edad preescolar, conviene hablarlo con su médico. Especialmente si interfiere con su capacidad para ir o quedarse en el colegio. También habla con su médico si crees que su ansiedad es demasiado extrema.
Espero que esta información te sea útil. Recuerda que es muy importante cuidarte. Como padre, te puedes sentir muy solo ocupándotelo todo el día de tu niño. Si quieres hablar sobre este o cualquier otro tema, ponte en contacto conmigo.
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Ana
«Mi hija de 17 años está bebiendo alcohol cada vez más y me preocupa que se esté convirtiendo en una adicción. ¿En qué momento debería considerar intervenir? No vive conmigo, vive con sus amigos después de que dejaron el colegio, y ellos facilitan este comportamiento.”

Como padres de adolescentes, a menudo nos sentimos impotentes al ver que están tomando un camino equivocado. Mencionas que tu hija no vive contigo, así que no sé cómo es vuestra relación.
Si os lleváis bien, habla con ella para conocer su opinión sobre el alcohol. No se trata de sermonearla, sino de preguntarle su opinión sobre el alcohol, saber cuánto y cuándo bebe, y la actitud de sus amigos hacia el alcohol. Si no tenéis una relación cercana, quizás haya otro adulto de confianza en su vida que pueda estar pendiente de ella y plantearle el problema con delicadeza.
También podría ser buena idea hablar con sus profesores para ver si notan algún cambio en su comportamiento o en sus notas. El orientador escolar también podría ser una buena persona con quien hablar.
Intenta seguir en la vida de tu hija. Recuerda que los adolescentes que tienen una relación cálida y abierta con sus padres son menos propensos a involucrarse en conductas de riesgo, como el consumo de alcohol. Al mismo tiempo, nuestros hijos aprenden más de lo que hacemos que de lo que decimos, así que sé un buen ejemplo para ella en este tema.
El contexto en el que vivimos también influye en nuestro comportamiento, así que si los compañeros de piso de tu hija beben mucho, es más probable que ella también lo haga. Cambiar su forma de vida también podría ser una buena idea.
Abordar los problemas relacionados con el alcohol es complejo porque hay muchos factores que lo sustentan. Contamos con una maravillosa terapeuta especializada en adicción al alcohol con la que podría ponerte en contacto si te interesa.
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Ana
«Mi bebé de 11 meses está muy inquieto ¿es normal?«

Los bebés nacen con su propio temperamento. Algunos son muy tranquilos, otros muy inquietos y otros se encuentran en un punto intermedio. Siempre que tu bebé no tenga dolor, hambre ni un pañal mojado, es normal que un bebé de 11 meses sea inquieto. Sin embargo, si te preocupa, consulta con tu médico para descartar cualquier problema de salud subyacente.
En cuanto a que sea muy dependiente, esto también es normal. No es malo que los niños sean dependientes (aunque sé muy bien que es agotador). De hecho, es una buena señal que tu hijo sea dependiente, ya que significa que ha establecido un fuerte vínculo contigo, lo cual es bueno para su desarrollo.
¿Cuándo terminará esta etapa? Cuando esté listo para soltarse. Algunos niños necesitan tiempo a solas, mientras que otros quieren estar cerca de su madre o padre todo el tiempo. La clave es recordar que cada niño se desarrolla a un ritmo diferente. Te aseguro que en algún momento te soltará y, como han establecido un vínculo fuerte, se sentirá seguro para salir a explorar el mundo, sabiendo que estarás ahí para él cuando te necesite.
Sé que tener un bebé inquieto y pegado a tí es agotador y puede ser increíblemente frustrante. Avísame si quieres tener una sesión individual para hablar sobre estrategias que puedan ayudarte a superar esta etapa.
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Ana
“¿Por qué es tan malo mi hijo de 4 años? Antes era muy dulce, pero el hijo de 4 años de mi amiga, que también se portaba mal, pareció provocar esto, porque después de jugar con él, es como si simplemente decidiera ser cruel.»

Necesitas cambiar tu forma de pensar sobre tu hijo. No es malo, sino que a veces actúa mal. Tiene problemas para controlar sus emociones, algo muy común en los niños de esa edad. A esta edad, los niños no tienen la capacidad de decidir ser crueles. No actúa mal a propósito.
Te animo a adoptar un enfoque de coaching: Nuestro objetivo como padres es ayudar a nuestros hijos a aprender de sus errores para que puedan hacerlo mejor la próxima vez. Por ejemplo, si cuando tu hijo pega a alguien, solo le dices «¡No puedes pegar, está mal!», no le estás enseñando cómo debe comportarse. Quizás pegar sea la única herramienta que tiene. En cambio, dale una herramienta más efectiva. «Pegar está mal porque haces daño a la otra persona. Veo que estás enfadado, ¿qué podrías hacer la próxima vez que estés en la misma situación? ¿Quizás podrías decirle a tu amigo por qué estás enfadado?».
Elógialo: como padres, a menudo ignoramos el buen comportamiento y solo nos centramos en el negativo. A los niños les encanta que sus padres estén contentos con ellos, así que cuanto más les demuestres que te gusta lo que hacen, más probable será que lo repitan. Al elogiarlos, sé específico. En lugar de decir: «Eres un niño muy bueno«, di: «¡Mira qué bien lo estás compartiendo con tu hermana, bien hecho!«. Así sabrán exactamente qué están haciendo bien y será más probable que lo repitan.
Y por último, y muy importante: sé un buen ejemplo de buen comportamiento. Parece que tu hijo podría estar copiando lo que hace su amigo. En cambio, debes ser un buen ejemplo y comportarte siempre de forma amable. Los niños siempre aprenden más de lo que hacemos que de lo que decimos.
Además, considera que podría ser que tu hijo esté muy cansado después de estar en casa de su amigo y eso podría estar afectando su comportamiento.
Espero que esta información te sea útil. Ponte en contacto conmigo si quieres hablarlo con más detalle.
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Un abrazo,
Ana
“¿Cómo puedo ayudar a mi hijo de 16 años con ansiedad?”

Es importante que comprendas la ansiedad de su hijo. Es absolutamente normal que se sienta ansioso ante situaciones difíciles, como un examen o conocer gente nueva. En esos casos, la ansiedad es una emoción adaptativa porque se adapta a la situación a la que se enfrenta. La ansiedad se convierte en un problema (y, en última instancia, en un trastorno) si se siente ansioso durante seis meses o más o si su ansiedad es tan intensa que altera su funcionamiento diario. En este caso, puede ser buena idea que consultéis a un psicólogo especializado en ansiedad en adolescentes.
Habla con él sobre su ansiedad: pregúntale cómo se siente mental y físicamente y hablar sobre qué le causa ansiedad (un examen, hablar en público, conocer gente nueva…). Después, ayúdale a reconocer cuándo está ansioso (por ejemplo, siente las manos húmedas, se le acelera el corazón, su respiración se vuelve superficial…). El siguiente paso es idear juntos técnicas de relajación que pueda usar siempre que reconozca esas señales de ansiedad. Estas técnicas pueden ser: respirar profundamente 10 veces, contar hasta 10, visualizar un lugar o una persona que le haga feliz, o echarse agua muy fría en la cara o las muñecas. La idea es que, cada vez que sienta que la ansiedad se acerca, use una de estas herramientas. Debe usar la que mejor le funcione. Como puedes ver, el objetivo no es eliminar la ansiedad, sino ayudarle a gestionarla.
Muy a menudo, cuando los adolescentes se sienten ansiosos, evitan las situaciones que les causan ansiedad. Por ejemplo, evitan ir a una fiesta de cumpleaños o hacer un examen. Esta es una gran solución a corto plazo, pero la evasión a largo plazo empeora la ansiedad porque no afrontar la situación la hace aún más aterradora. Si este es el caso de tu hijo, ayúdalo a ir paso a paso para afrontar la situación que le causa ansiedad. El mensaje que debes transmitirle es que cada vez que se enfrente a la situación que le causa ansiedad, la ansiedad se irá aliviando.
Finalmente, es importante que valides la ansiedad de tu hijo y le hagas sentir seguro y escuchado, pero no la amplifiques. Tu mensaje debe ser: «Sé que estás ansioso y está bien, y estoy aquí para ayudarte a superarlo».
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Ana
“Por favor, ¿podría decirme si el TDAH es realmente un trastorno del comportamiento? Quiero saber si mi hija lo usa como excusa para el mal comportamiento de su hijo cuando vienen a casa.»

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno del desarrollo neurológico. Los niños que lo padecen tienen dificultades para prestar atención, controlar sus impulsos y regular su comportamiento. Es un trastorno real, no una excusa. Los niños con TDAH quieren portarse bien, pero no pueden. Lo hacen lo mejor que pueden.
Te animo a que apoyes a tu hija. Ser padre o madre de un niño con TDAH puede ser muy complicado, especialmente si tu nieto se porta mal con frecuencia. No es de extrañar que los padres de niños neurodivergentes sean más propensos a experimentar problemas de salud mental y a dejar sus trabajos. Después de todo, estos padres tienen todas las preocupaciones de todos los padres, pero al mismo tiempo tienen que lidiar con el diagnóstico, los tratamientos, la medicación y las visitas al médico, sintiéndose juzgados y, a menudo, culpados por el comportamiento de sus hijos.
Puedes marcar una gran diferencia en la vida de tu hija apoyándola a ella y a su hijo. No la culpes por el comportamiento de tu nieto, porque los padres no son la causa del TDAH de sus hijos. El TDAH es real. No es una excusa.
Espero que esta información te sea útil. Si quieres hablar sobre este tema con más detalle en una sesión individual, ponte en contacto conmigo.
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Ana
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Aquí te dejo algunas ideas:
- Sé receptivo a tu bebé: cuando haga sonidos, repítelos mientras lo miras y añade algunas palabras nuevas.
- Cántale, hablale, y leéle.
- Déjalo jugar: Jugar es el trabajo de los niños. A través del juego, desarrollan sus habilidades cognitivas y emocionales. Y no tengas miedo de dejarlo jugar solo. El juego no estructurado es muy beneficioso para los niños.
- Llévalo al aire libre: pasar tiempo en la naturaleza es bueno para el desarrollo de los niños ¡y para nosotros también!
- Dale una dieta saludable: una vez que empiece a comer sólidos, anímalo a probar nuevos sabores. Dale una dieta variada y evita los alimentos procesados.
- El sueño es fundamental para un desarrollo saludable. Las pautas indican que los bebés de 4 a 12 meses deben dormir entre 12 y 16 horas cada 24 horas (incluyendo siestas). Sin embargo, algunos niños duermen más que otros. Si tu bebé parece feliz y relajado durante el día, probablemente esté durmiendo lo suficiente.
- Tócalo: el contacto físico (abrazos, besos, caricias) es imprescindible para nuestros hijos.
- Mantenlo activo. No lo dejes en columpios, hamacas ni portabebés por mucho tiempo. Los bebés necesitan practicar sus habilidades motoras y no pueden hacerlo cuando sus movimientos están restringidos.
- Pantallas: esto siempre es una gran preocupación para los padres. La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) recomienda que los niños no pasen tiempo frente a pantallas antes de los 2 años, salvo para videollamadas con familiares y amigos. También es importante recordar que los niños siempre aprenden mejor y más de una persona que de una pantalla.
- Por último, pero no menos importante: cuídate. Tu hijo necesita que estés bien para que él también lo esté. Es fundamental que no te agotes y que recuerdes que el padre o la madre perfectos no existe. No necesitas ser perfecto.
Dicho esto, no te vuelvas loco pensando que necesitas hacer demasiadas cosas para estimular el cerebro de tu hijo. Los niños alcanzarán su máximo potencial si están bien cuidados. La idea de que cuanto más estimules a tu hijo, mejor, no es correcta. Los niños necesitan suficiente estimulación para que su cerebro se desarrolle, pero hay un límite. Es un error pensar que si un poco de estimulación es bueno, mucha debe ser aún mejor. ¡Te digo esto para recordarte que te relajes y disfrutes de tu bebé!
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Un abrazo,
Ana
«¡Por Dios! Mi hijo está todo el día pegado a mí. ¿Cuándo termina esta etapa? No he tenido un momento para mí en meses y estoy desesperada.«

No existe una «etapa oficial de estar pegado». No es malo que los niños estén muy pegados a sus padres (aunque sé muy bien que es agotador). De hecho, es una buena señal que tu hijo esté muy apegado a tí, porque significa que ha establecido un fuerte vínculo contigo, lo cual es fantástico para su desarrollo.
¿Cuándo terminará esta etapa? Cuando tu hijo esté listo. Algunos niños necesitan tiempo a solas, mientras que otros quieren estar cerca de su madre o padre todo el tiempo. La clave es recordar que cada niño se desarrolla a un ritmo diferente. Te aseguro que en algún momento te soltará y, como habéis establecido un fuerte vínculo, se sentirá seguro para salir a explorar el mundo, sabiendo que estarás ahí para él cuando te necesite. Y eso es precioso. ¿Agotador para ti? Totalmente, y lo entiendo. No conozco tu situación, así que es difícil darte consejos más específicos, pero intenta buscar la ayuda de tus familiares y amigos en la medida de lo posible. Quizás el bebé no se vaya con ellos, pero pueden ayudarte con las tareas de la casa, así tendrás menos cosas que hacer. Además, si te sientes abrumada, intenta no estar mucho tiempo sola con el bebé. Sal a pasear con una amiga, únete a un grupo local de madres y bebés o simplemente siéntate con el bebé en una cafetería. Sé que esto es difícil para ti y te comprendo.
Espero que esta información te sea útil y no dudes en avisarme si quieres hablarlo más a fondo.
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Un abrazo,
Ana
“¿Cuánto tiempo de pantalla debería tener un niño de 7 años?”

La Asociación Americana de Psicología (APA) recomienda que los niños menores de 2 años no pasen tiempo frente a pantallas, excepto para videollamadas. Para niños de 2 a 5 años, la APA recomienda una hora diaria de contenido de alta calidad. A partir de los 6 años, la recomendación es simplemente «establecer límites consistentes sobre el tiempo dedicado al uso de medios y los tipos de medios». Como puedes ver, no existen directrices oficiales claras para responder a tu pregunta.
El tiempo que le dedique tu hijo a las pantallas depende de ti y de sus valores. Yo diría que, idealmente, deberías buscar un equilibrio. Debería tener tiempo para estar con amigos y familiares, hacer deporte y deberes, dormir lo suficiente y pasar tiempo con la pantallas. Si deja de hacer alguna de estas cosas porque pasa demasiado tiempo frente a pantallas, debes guiarlo para que recupere el equilibrio. Las pantallas no deberían interferir con el sueño, el juego, el ejercicio ni con la interacción con otras personas.
Además, considera qué hace con las pantallas. No es lo mismo si está chateando con amigos que si está jugando solo a un videojuego muy violento. Lo que hace mientras está frente a la pantalla importa tanto, o incluso más, que el tiempo que pasa frente a ella.
Establece reglas claras sobre el tiempo frente a la pantalla:
- ¿Cuándo puede estar frente a la pantalla?
- ¿Durante cuánto tiempo?
- ¿A qué juegos puede jugar?
- ¿Con quién puede jugar?
- ¿Cuáles son las consecuencias si rompe las reglas?
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Un abrazo,
Ana
“¿Tienes algún consejo o actividad para aliviar el estrés de los padres? Mi pareja y yo nos sentimos muy agotados últimamente por todo el estrés parental: facturas, alimentar al bebé, falta de sueño, nuestros padres intentando entrometerse, trabajos abrumadores, etc.”

Entiendo perfectamente por lo que estás pasando. Te animo a que consideres ser padre o madre trabajador como un reto y, como con cualquier reto, cuando lo analizas y lo divides en tareas más pequeñas, se vuelve menos abrumador. Tú y tu pareja necesitan planificar cómo queréis que sea vuestra vida como padres trabajadores y encontrar los recursos necesarios para que funcione. Lo importante es que ambos sintáis que tenéis el control de vuestra vida.
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- ¿Cuál es tu visión de ser padre o madre trabajador/a? Tu visión podría ser: «Ser partner en cinco años acostando a los niños todas las noches»; «No me importa mucho mi carrera, solo quiero mantener a mi familia sin perderme ni una sola función escolar«; «Me encantaría no trabajar y estar siempre en casa con mis hijos» o algo completamente diferente. Cualquiera que sea la forma en que quieras que sea tu vida como padre o madre trabajador/a es totalmente válida. Simplemente piénsalo detenidamente y haz un plan para que funcione.
- Para lograr tu visión (sea cual sea), necesitas establecer límites. Los límites siempre son importantes, pero más cuando nos convertimos en padres porque nuestra carga mental aumenta drásticamente. La carga mental es todo el trabajo invisible que hacemos: reservar citas con el médico, comprar regalos de Navidad para los profesores, recordar comprar globos para un cumpleaños o planificar las cenas de la semana. Por sí solas, parecen tareas pequeñas, pero todas suman. Necesitas establecer límites en casa y en el trabajo. Los límites son una forma de respeto por uno mismo y nos permiten administrar nuestra vida y nuestras relaciones de una manera que funcione para nosotros. ¿Cómo se ven los límites en el trabajo? Puedes comenzar a delegar un poco más, bloquear las reuniones durante un par de horas al día para concentrarte en el trabajo profundo o pedir trabajar desde casa un par de días a la semana. ¿Y en casa? Pon el teléfono en silencio durante la hora del baño, pídeles a tus padres que no te visiten durante la hora de la cena porque es tu momento de estar con los niños o di que no a una fiesta de cumpleaños porque quieres pasar un domingo tranquilo en casa.
- Piensa a largo plazo para permanecer en el juego: a veces, los padres con los que trabajo deciden dejar sus trabajos durante las crisis. El niño tiene gripe, no ha dormido en cinco días y tiene una presentación muy importante. La situación es demasiado y decide renunciar. La decisión es humana, pero debemos recordarnos a nosotros mismos que debemos superar los momentos difíciles para obtener recompensas a largo plazo. El niño solo tendrá gripe durante una semana, y siempre te ha encantado tu trabajo y quieres progresar en tu carrera. Este pensamiento de «corto plazo/largo plazo» te permite permanecer en el juego y mantener tu motivación. Sigue recordándote a ti mismo: la parte difícil terminará pronto y mi recompensa a largo plazo está por llegar.
- Crea un equipo fuerte de co-crianza: Los padres que co-crian eficazmente son aquellos que cooperan, se apoyan mutuamente, confían el uno en el otro y experimentan bajos niveles de conflicto relacionados con sus hijos. Sin embargo, no es fácil. Las investigaciones nos dicen que 2/3 de las parejas reportan una disminución en la satisfacción de su relación después de tener un bebé. Es importante normalizar el impacto masivo que tiene tener un hijo en cualquier pareja. Tener un hijo no es una sentencia de muerte para la pareja, pero requiere trabajo. Las parejas que sienten más conexión y satisfacción en su relación desde que se convirtieron en padres tienen algo en común: han creado un sentido de «nosotros», compartiendo las vistas y los bajos de la crianza. Saben que su relación necesita amor y atención. Para lograr esto, es importante que se comuniquen eficazmente entre sí. Asegúraos de hablar y escuchar. Además, aseguraos de que los dos sentís que el trabajo está distribuido equitativamente; de lo contrario, vuestra relación podría verse afectada. Cuando las parejas sienten que comparten la carga equitativamente.
- Encuentra tu tribu: la crianza nunca estuvo pensada para hacerse en soledad. Cuando se dice que se necesita un pueblo, ¡es porque así es! No lo hagas solo. Dedicar tiempo a ver a los amigos no es un lujo, sino una necesidad.
- Entiende lo que realmente importa para tu hijo: Tenemos miedo de cometer errores porque pensamos que con cada decisión que tomamos, podemos arruinar la vida de nuestros hijos. Este no es el caso: pequeñas decisiones como si dormir juntos o no, dar el pecho o no, enviarlos a una escuela mixta, no importan mucho. ¿Qué importa? La relación que tienes con tu hijo. Una relación fuerte, de confianza y amorosa es el predictor más fuerte de la salud mental y el bienestar de tu hijo. Si te angustias por cada decision: relájate.
- Olvídate de la perfección: Cambiemos la idea de ser un padre perfecto por la idea de ser un padre suficientemente bueno. La idea del padre suficientemente bueno fue formulada por un psicólogo llamado Donald Winnicott. No significa descuidar a un hijo, significa saber que como padres nos equivocaremos a veces y esto también es una parte natural de ser padre.
Espero que esta información te sea útil. Trabajo con muchos padres en tu misma situación. Si quieres saber cómo puedo ayudarte, no dudes en contactarme.
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Un abrazo,
Ana
“¿Podrías darme consejos sobre cómo tratar con un niño desafiante? Estoy al límite de mis fuerzas…”

No sé qué edad tiene tu hijo ni de qué manera es desafiante, pero aquí tienes información que espero te sea útil.
Si tu hijo es pequeño, es normal (e incluso bueno) que diga que no a todo. Dice que no a todo porque se está convirtiendo en su propia persona, con sus propias opiniones y pensamientos. Está aprendiendo que no es una extensión de ti. Tu hijo ha descubierto que tiene voluntad y la está ejerciendo.
Estos son algunos consejos que pueden serte útiles:
- Ofrécele opciones: les decimos que no a nuestros hijos pequeños todo el tiempo. Así que, siempre que sea posible y razonable, déjalo elegir (por ejemplo, «¿Quieres un plátano o una manzana?»; «¿Quieres el pijama rojo o el azul?«). Esta estrategia puede ahorrarte algunos «no».
- Sé que es difícil, pero intenta no reaccionar mucho cuando diga “no”.
- Deja que te ayude: a los niños pequeños les encanta ayudar a sus padres. Deja que te ayude en el supermercado, limpiando o cocinando (y sí, también necesitarás paciencia para hacerlo).
- Intenta distraerlo y hacerlo reír cuando diga que no. Esto suele funcionar muy bien y te evita otra lucha de poder.
- Mantén una rutina y una estructura constantes. Saber qué van a hacer a continuación suele ser de gran ayuda para los niños.
- Recuerda que esta fase terminará. ¡No durará para siempre!
A veces, esta fase de decir «no» se complica y los niños desarrollan el trastorno negativista desafiante (TND), un tipo de trastorno de conducta disruptiva que implica dificultades para gestionar las emociones y el comportamiento. Los síntomas comienzan antes de los 8 años y casi siempre antes de los primeros años de la adolescencia.
Dado que todos los niños presentan dificultades en algún momento, a veces es difícil distinguir entre un niño de carácter fuerte y uno con TND. Los niños con TND suelen estar enfadados, irritables y desafiantes con sus padres y otras figuras de autoridad. Suelen mostrarse rencorosos y buscar venganza. En algunos niños, los síntomas pueden presentarse solo en casa, pero con el tiempo, también pueden aparecer en otros entornos, como la escuela o con amigos. Los niños con TND tienden a tener problemas con las relaciones, la escuela y los compañeros.
Si le preocupa que su hijo pueda tener TND, busque ayuda de un psicólogo o psiquiatra infantil con experiencia en este campo. El tratamiento suele incluir: Capacitación para el Manejo de Padres (PMT), terapia e intervenciones escolares.
Espero que esta información te resulte útil. Si deseas tener una sesión conmigo para hablarlo con más detalle, no dudes en contactarme.
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Os deseo todo lo mejor.
Un abrazo,
Ana
«¿Qué estilo de crianza recompensa a los niños por seguir las reglas?»

La crianza democrática es el estilo que más recompensa a los niños por seguir las reglas. Este tipo de crianza es además el más recomendable para criar a nuestros hijos. Los padres democráticos son cariñosos y establecen límites claros para sus hijos. Los niños comprenden esos límites y reglas, así como las consecuencias de romperlos. Los padres tienen en cuenta las opiniones y sentimientos de sus hijos, pero en última instancia, son ellos quienes toman las decisiones.
Cientos de estudios demuestran que a los niños con padres democráticos les suele ir mejor en la vida. Estos niños tienden a ser equilibrados, se llevan bien con sus compañeros y amigos, tienen buen rendimiento escolar y una alta autoestima. Se sienten seguros porque sus padres establecen rutinas y pautas de comportamiento claras.
Premiar a los niños por su buen comportamiento es un tema controvertido. Algunos afirman que no es buena idea porque promueve la motivación extrínseca, no la intrínseca. La motivación intrínseca consiste en realizar una actividad por la satisfacción que brinda, en lugar de por una recompensa externa. Por ejemplo, leer un libro porque te interesa su historia o aprender a montar en bicicleta por la sensación de logro. En cambio, la motivación extrínseca consiste en realizar una actividad por una recompensa externa, como un objeto material o el elogio de alguien. Por ejemplo, compartir con amigos a cambio de más tiempo en pantalla o dulces. Idealmente, queremos que nuestros hijos tengan motivación intrínseca.
Una buena manera de recompensar a los niños por el buen comportamiento es mediante elogios. Como padres, a menudo ignoramos el buen comportamiento y solo nos centramos en el negativo. A los niños les encanta que sus padres estén contentos con ellos, así que cuanto más les demuestres que te gusta lo que hacen, más probable es que lo repitan. Al elogiarlos, sé específico. En lugar de decir: «Eres un niño muy bueno«, di: «¡Mira qué bien compartes con tu hermana, bien hecho!«. Así sabrán exactamente lo que están haciendo bien y será más probable que lo repitan.
Por lo tanto, elogia a tu hijo cuando haga las cosas bien. E intenta ser un padre democrático siempre que puedas.
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Un abrazo,
Ana
«¿Cuándo terminan las rabietas infantiles? Mi hija de 3 años tiene crisis por todo, y casi me parto de risa; es tan, tan frecuente todos los días.»

Las rabietas suelen ocurrir entre los 1 y los 4 años, y especialmente entre los 2 y los 3 años. La mayoría de los niños tienen menos rabietas y más leves alrededor de los 4 o 5 años, a medida que mejoran su regulación emocional, lenguaje y control de impulsos. Sin embargo, algunos niños siguen teniendo rabietas ocasionales hasta los 6 o 7 años, especialmente cuando se sienten abrumados, hambrientos o cansados.
Algunos niños tienen muchas rabietas, mientras que otros casi ninguna. Esto depende mucho de su temperamento y, en cierta medida, de cómo gestionamos los padres sus rabietas.
Aquí tienes algunos consejos que pueden ayudarte a gestionarlas:
- No cedas: si cada vez que tu hijo tiene una rabieta, le das lo que quiere, repetirá el comportamiento. Mantén la calma y espera a que la rabieta termine.
- Mantén una rutina constante: los niños se sienten más en control cuando conocen sus límites y lo que viene después.
- Sé proactivo: intenta evitar situaciones en las que pueda tener una rabieta. Por ejemplo, no lo lleves a hacer recados justo antes de la siesta o cuando tenga hambre. O distráelo cuando veas que se pone de mal humor.
- No te lo tomes como algo personal: tu hijo tiene rabietas porque es la única manera que conoce de gestionar sus emociones y expresarse. No lo hace para fastidiarte. Sé que es difícil mantener la calma, sobre todo si las tiene tan a menudo, pero ten en cuenta que esta fase no durará para siempre.
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Un abrazo,
Ana
«¿Tienes algún consejo para una madre con depresión? Mi hijo ya tiene 6 años, así que no es depresión posparto, y nunca antes había tenido problemas de salud mental. Pero me cuesta aceptar el término «madre deprimida» y me gustaría saber cómo ser una buena madre estando deprimida.»
Siento saber que estás pasando por una depresión. Te recomiendo que busques tratamiento. Hay muchas intervenciones que funcionan para madres con depresión. Suelen incluir terapia y medicación. Unirte a un grupo de apoyo a madres que estén pasando por lo mismo también puede ayudarte. Recibir tratamiento te ayudará a ti y también a tu hijo. En REC Parenting contamos con terapeutas cualificados especializados en el tratamiento de padres con depresión. Ponte en contacto conmigo si quieres explorar esta opción.

Aquí hay otras cosas que pueden ayudarte durante este tiempo:
- Mantener una rutina diaria: tener una rutina (por ejemplo, desayunar lo mismo todos los días, acostarse a la misma hora todos los días…) da estructura y reduce la fatiga de decisiones.
- Baja el listón: tu casa no tiene por qué ser perfecta. No estás fracasando si no todo es perfecto.
- Ve a gente: Puede que no tengas ganas de ver a tus amigos o familiares, pero es importante para ti y para tu hijo seguir viendo gente. Recuerda que somos animales sociales por naturaleza y que interactuar con los demás es una fuente de felicidad.
- Sal al aire libre: existen numerosas investigaciones que demuestran los beneficios de la naturaleza para nuestra salud mental. Intenta pasar tiempo al aire libre todos los días. Siéntate al sol o abre una ventana para que entre aire fresco.
- Haz ejercicio todos los días: no tienes que hacer entrenamiento de alta intensidad si no tienes ganas, simplemente salir a caminar, te ayudará.
- Lleva una dieta saludable.
- Ayuda a los demás: hay muchas investigaciones que demuestran que ayudar a los demás nos hace sentir mejor.
- Busca ayuda de otros: si tienes amigos o familiares a tu alrededor, es una buena idea contarles lo que estás pasando y pedirles que te ayuden con tu hijo en los días en que te sientas especialmente baja.
- Habla con tu hijo sobre lo que estás pasando para que lo entienda. Los niños perciben cuando algo no va bien. Una explicación le ayudará a sentirse seguro y en control. Podrías decirle que no te sientes bien y que tienes una condición que te hace sentir cansada y triste. Dile que no es su culpa y que simplemente es así como funciona tu cerebro en este momento.
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Estás haciendo más de lo que crees. Estar aquí, pidiendo ayuda demuestra verdadera fuerza y amor por tu hijo. Recuerda que estamos aquí para ayudarte con nuestros terapeutas cualificados. Solo tienes que ponerte en contacto conmigo y te ayudaremos de inmediato.
Un abrazo,
Ana
«En cuanto a los tipos de disciplina, ¿qué tipo me recomiendas? No quiero usar castigos físicos, pero también me da miedo regañar a mi hijo, por si le causa daño psicológico.»

Es completamente normal sentirse inseguro sobre cómo disciplinar a tu hijo, especialmente si buscas una forma que sea cariñosa pero a la vez firme. El mejor enfoque se llama disciplina inductiva.
La disciplina inductiva se centra en ayudar a tu hijo a comprender por qué un comportamiento está mal. Este enfoque fomenta conversaciones reflexivas, en lugar de castigar o decir «Porque yo lo digo». Así, cada vez que tu hijo se porte mal, dile por qué lo que hizo está mal y cómo debería comportarse la próxima vez. Si hace esto cada vez que se porte mal, con el tiempo tu hijo desarrollará una sólida moral interna. Se portará bien no porque tema las consecuencias, sino porque realmente entiende por qué lo que hizo estuvo mal. Regañarle de forma constructiva no dañará a tu hijo; al contrario, tu hijo necesita que tú establezcas límites claros. Nuestros hijos necesitan que seamos sus guías, necesitan que les digamos «no», necesitan que les pongamos límites. Ponerles límites a nuestros hijos es una forma de amarlos. Regañarlos de forma constructiva es una forma de poner límites y de quererlos.
Tienes toda la razón al no querer usar el castigo físico. El castigo físico nunca es bueno para los niños. No les enseña nada y es negativo para su salud mental y su desarrollo.
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Pegar a un Hijo: Es a Veces Necesario?
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Os deseo lo mejor.
Un abrazo,
Ana
«¿Qué opinas de las consecuencias positivas para los niños como táctica? Sé que la disciplina es importante, pero también elogio a mi hija (de dos años) cuando hace algo bien sin que se lo pida. ¿Está bien? Siento que estoy usando mi experiencia en adiestramiento canino con mi hija y no quiero meter la pata.»

Elogiar es una excelente manera de enseñarles a nuestros hijos lo que está bien y lo que está mal. A menudo, como padres, nos centramos en las cosas que hacen mal (por ejemplo, «¡No toques eso!«; «¡Deja de hacer eso!«), pero los ignoramos cuando se portan bien. Elogiarlos es un excelente método para enseñarles lo que está bien y lo que está mal. Es mejor usar el elogio de forma muy específica, para que sepan qué comportamientos deben repetir. Así, en lugar de decirle «Que buena eres», dile «Bien hecho por ordenar tan bien«.
Cuando elogiamos a nuestros hijos, los estamos disciplinando. A menudo, pensamos que la disciplina se trata de castigar, pero es mucho más que eso. El objetivo de la disciplina es enseñarles a nuestros hijos lo que está mal y lo que está bien. Por lo tanto, el elogio es un elemento de la disciplina.
Así que, sigue elogiando a tu hija cuando se porta bien. ¡Sin duda es una buena idea!
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Te deseo todo lo mejor.
Un abrazo,
Ana
«Necesito métodos aprobados por psicólogos para disciplinar a un niño sin causarle daño físico. Llevo años discutiendo con mi padre sobre la disciplina de mi hijo, porque no sabe cómo disciplinar a un niño sin gritar ni pegar, y a veces lo castiga así. No me cree cuando cito artículos de internet, ni siquiera de buenas fuentes, y me dice que consulte con un especialista y quizás lo considere. ¿Tiene alguna sugerencia, por favor? ¡Gracias!»

¡A ver si podemos convencer a tu padre!
Hay muy pocas cosas que podemos decir que siempre son malas para los niños: el castigo físico es una de ellas. Hay cientos de estudios que examinan los efectos del castigo físico en niños, y ninguno encuentra que sea bueno. La mayoría de los estudios concluyen que el castigo físico es malo; algunos han determinado que no es ni bueno ni malo, pero ninguno ha encontrado que sea bueno. Entonces, ¿por qué usar el castigo físico si sabemos que, en el mejor de los casos, es ineficaz y, en el peor, malo? El castigo físico se relaciona con niños más agresivos, con más problemas de salud mental y con peor comportamiento. Y cuando hablamos de castigo físico, incluimos los azotes. Sí, los azotes son malos para los niños. Y cuanto más los azotemos, peores serán las consecuencias para ellos.
Gritar tampoco es lo ideal, pero la investigación sobre este tema tiene más matices. No hay evidencia que demuestre que los gritos ocasionales que ocurren en la mayoría de las familias (por ejemplo, «¡Ponte los zapatos!») perjudiquen a los niños. Con esto no digo que sea bueno gritarles a nuestros hijos, sino que si gritamos de vez en cuando, no los estamos destrozando de por vida. Sin embargo, si gritar es una constante en tu familia, es buena idea buscar apoyo, ya que probablemente estéis viviendo con bastante estrés. También es buena idea buscar apoyo si, en lugar de gritos, lo que ocurre es abuso verbal (por ejemplo, «¡No vales nada!«; «¡No sabes hacer nada bien!«). El abuso verbal siempre es malo para los niños.
Muchos padres y abuelos usan el castigo físico porque no conocen otras maneras de disciplinar a sus hijos. En este artículo te damos ideas para disciplinar a tu hijo con otras técnicas.
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Espero que esta información convenza a tu padre. Avísame si necesitas algo más. Te deseo todo lo mejor.
Un abrazo,
Ana
«¿Podrías recomendarme consecuencias efectivas para niños de 8 años que se portan mal?»

Aquí tienes algunas recomendaciones que te resultarán útiles con tu hijo de 8 años:
- Usa consecuencias conectadas. El propósito de los castigos es cambiar un comportamiento. Por eso no tiene mucho sentido que, por ejemplo, si tu hijo no pone la ropa sucia en el cesto de la ropa, lo castigues sin Play Station durante una semana. En lugar de eso, establece una consecuencia conectada y dile que si no pone la ropa en el cesto, lavará la ropa durante una semana. De esta manera, estás usando el castigo para cambiar su comportamiento.
- Usa consecuencias naturales. Son similares a las consecuencias conectadas, pero ocurren por sí solas. Así, siguiendo con el mismo ejemplo, dile a tu hijo que la ropa que no está en el cesto de la ropa sucia no se lavará. La primera vez que no tenga ropa limpia, probablemente cambiará su comportamiento.
- Usa elogios. A veces, como padres, nos centramos en el mal comportamiento de nuestros hijos e ignoramos el buen comportamiento. Elogia el comportamiento de tu hijo cuando se porta bien (por ejemplo, «Bien hecho por ordenar tan bien»).
- Explica, explica y explica. El objetivo de la disciplina es que los niños entiendan por qué su comportamiento no está bien. Por lo tanto, explícaselo siempre y establece las consecuencias adecuadas.
- Sé constante. Es fundamental que sigas siempre las mismas reglas. Por ejemplo, si la regla es que no hay pantallas hasta que termine los deberes, debes seguirla todos los días. Los niños necesitan rutina y estabilidad. Se portan mejor cuando saben qué esperar.
- No lo amenaces con castigos que no puedas cumplir (p. ej., “No verás la televisión durante un año”). Cuando hacemos estas amenazas, tu hijo sabe perfectamente que no las cumplirás y, por lo tanto, no cambiará su comportamiento.
- No uses castigos físicos. Solo hay unas pocas cosas que podemos decir que siempre son malas para los niños: el castigo físico es una de ellas.
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Pegar a un Hijo: Es A Veces Necesario?
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Espero que esta información te sea útil. Si quieres una sesión para hablar sobre este tema, no dudes en contactarme. Os deseo a ti y a tu familia lo mejor.
Un abrazo,
Ana
«¿Por qué mi hija de 3 años está tan enfadada y agresiva? Acabo de divorciarme de su madre, pero siento que esto es muy inusual para una niña pequeña.»

No es raro que los niños pequeños (o de cualquier edad) cambien su comportamiento cuando atraviesan un cambio importante en su vida, como el divorcio de sus padres. Tu hijo de 3 años puede estar pasándolo mal y, debido a su falta de capacidad para expresar verbalmente sus sentimientos, podría estar expresándolos a través de su agresividad.
Siempre que se comporte agresivamente, dile con suavidad: «No, no puedes pegar, gritar ni morder«. Díselo cada vez que se comporte así y, con el tiempo, probablemente cambiará su comportamiento. Es muy importante ser constante y decirle siempre esto cuando se comporte agresivamente. Lo ideal sería que tu expareja usara esta misma técnica.
También es probable que, a medida que tu hijo mejore su capacidad para hablar y de regular sus emociones, ya no tenga la necesidad de comportarse agresivamente. A veces, los niños pequeños se comportan agresivamente porque se frustran al no poder transmitirnos sus sentimientos y pensamientos.
Por último, ten en cuenta que los niños aprenden principalmente observando el comportamiento de sus padres. Por lo tanto, es importante que tú y tu expareja no se comporten de forma agresiva. Intenta ser un buen ejemplo para ella.
Espero que esta información les sea útil y les deseo todo lo mejor. Si necesitan apoyo durante el divorcio, no duden en contactarme.
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Espero que esta información te sea útil. Os deseo a ti y a tu familia lo mejor.
Un abrazo,
Ana
«¿Qué opinas sobre el homeschooling? ¿Es segura? ¿Pueden aprender lo suficiente fuera del entorno escolar habitual?»

El homeschooling o educación en casa es una opción cada vez más popular para las familias. En general, las investigaciones demuestran que los niños educados en casa obtienen resultados tan buenos (o incluso mejores) que los niños escolarizados en cuanto a su rendimiento académico, desarrollo social, emocional y psicológico. Sin embargo, no podemos asumir que los niños obtienen buenos resultados solo por recibir educación en casa. La razón por la que los niños educados en casa obtienen buenos resultados podría ser que sus familias se involucran mucho, que tienen más recursos, más tiempo para estar con ellos… Hay diferentes razones que pueden explican su éxito, además del hecho de recibir educación en casa.
Si estás considerando el homeschooling, debes considerar si es la opción adecuada para tu hijo y para tí. Normalmente, los padres optan por el homeschooling cuando tienen dificultades en un entorno tradicional, cuando desean brindarles una experiencia educativa diferente o cuando la educación tradicional no se adapta a su estilo de vida.
Si estás considerando la educación en casa, tómate e un tiempo para aprender qué implica. Considera aspectos como:
- ¿Quiere su hijo ser educado en casa?
- ¿Estás dispuesto a hacerlo? Educar a tu hijo en casa es una gran responsabilidad. Te conviertes no solo en padre, sino en profesor, director, administrador… Debes preparar, planificar, organizar y mantener los planes de estudio, exámenes y proyectos de tu hijo. Lleva muchísimo tiempo y esfuerzo.
- ¿Estás dispuesto a estar con tu hijo todo el día, todos los días?
- ¿Te puedes permitir /estás dispuesto a no trabajar fuera de casa o reducir significativamente tus horas?
- ¿Estás dispuesto a facilitar la vida social de su hijo? Tu hijo necesitará socializar con otros niños y, para lograrlo, deberáS involucrarlo en actividades extracurriculares, lo cual requiere un esfuerzo adicional de tu parte.
En resumen, el homeschooling no es mejor ni peor para los niños que asistir al colegio; depende de las características de tu hijo y de tu familia.
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Un abrazo,
Ana
«¿Consejos para aliviar el trastorno de ansiedad por separación grave en adolescentes? Mis hijos preadolescentes lo padecen, pero no sé cómo ayudarlos a manejarlo ni cómo solucionarlo. ¡Gracias!»

Los adolescentes que viven con ansiedad por separación muestran signos de miedo al tener que despedirse de sus padres o cuidadores, o simplemente ante la idea de estar separados de ellos. Esta ansiedad puede hacerles faltar al colegio, al trabajo y a otras actividades que requieren estar lejos de sus padres o cuidadores.
Aquí hay algunos pasos que te pueden ayudar:
- Busca ayuda de un profesional de la salud mental con experiencia en este campo. La terapia cognitivo-conductual (TCC) suele ser una terapia eficaz para tratarla. Si los síntomas son graves, se podría recomendar medicación (más información al final de este artículo).
- Si estáis recibiendo apoyo de un profesional de salud mental, es muy importante que sigáis el tratamiento que os haya indicado.
- Familiarizate con la condición de tu hijo: cuando comprendas qué es el trastorno de ansiedad por separación y cómo funciona, estarás mejor preparada para apoyar a tus hijos.
- Conoce a sus hijos: incluso si ambos experimentan este trastorno, ambos tienen diferentes síntomas y formas de afrontarlo.
- Si van al colegio, habla con sus profesores para que entre todos podáis apoyarlos de la mejor manera
- Poned nombre y discutid sus emociones y comportamientos.
- Respeta sus sentimientos incluso si no tienen sentido para ti.
- Establece una rutina consistente para brindarles seguridad y estabilidad.
- Dales un apoyo tranquilo
- Practica decir adiós con ellos
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Un abrazo,
Ana