«¿Cómo puedo ayudar y apoyar a mi hija de 12 años, con autismo y TDAH, a gestionar/regular sus emociones, calmar su sistema nervioso, tomar decisiones lógicas y aprender pautas sociales?»

Criar a un niño neurodivergente puede ser un desafío. Y, muchas veces, los consejos de crianza convencionales no ayudan. Aquí tienes algunas técnicas que pueden resultarte útiles:

Teenage girl sharing problems with her mother in the room.
  1. Darle un nombre a sus sentimientos cada vez que tenga una emoción intensa: Diversos estudios demuestran que con solo tomarnos un momento para pensar y nombrar lo que sentimos (“nómbralo para controlarlo”), nos regulamos mas facilmente. También puedes pedirle que califique del 1 al 5 la intensidad de la emoción o que le asigne un color (por ejemplo, muy intensa es rojo, intensa es amarillo y leve es verde). Anímale a hacer esto cada vez que tenga una emoción intensa.
  2. Habla sobre que reacciones son adecuadas a sus emociones: una vez que comprenda lo que siente, puedes hablar sobre qué reacciones son aceptables y cuáles no. «Entiendo que estés enfadada, pero pegar a tu hermano no está bien. ¿Qué puedes hacer en vez de pegarle? ¿Quieres respirar profundamente cinco veces hasta que te calmes?». Estrategias como respirar profundamente, contar hasta 20, alejarse de la situación o tener un lugar tranquilo en casa para cuando lo necesite, la ayudarán a regularse. Discute todas estas estrategias con ella, probad cuáles son útiles y cuáles no, y practícalos con ella cada vez que experimente una emoción intensa.
  3. Habla sobre cómo sus reacciones afectan a otras personas: si, por ejemplo, tu hija es muy competitivo y esto le genera problemas con otros niños porque les grita cada vez que pierde un juego, habla con ella sobre por qué no puede gritarles. Déjale claro que no hay ningún problema con que se enfade, pero que gritar no es una reacción aceptable. Luego, habla con ella sobre alternativas para regular su enfado. Puede elegir entre las estrategias que comentamos en el punto 3.
  4. Juntos, identificar sus desencadenantes: así comprenderá qué situaciones lo desencadenan, podrá estar preparada y podrá regularse con una de las técnicas que ya he mencionado.
  5. Juego de roles: esta es una excelente manera de reforzar sus habilidades de regulación emocional y sus habilidades sociales. Si hay ciertas situaciones que le suelen resultar difícil, haz un juego de roles con él para practicar que hacer y decir. Por ejemplo, puede que esté muy nerviosa porque va a dormir en casa de una amiga, representa la situación con ella. Tu puedes ser la amiga y tu hija hacer de ella misma. Podríais imaginar que estáis ya en esa noche y llegais a la casa, qué harán después, qué pasa cuando finalmente se duermen… Así se sentirá más en control de la situación y podrá planificar cómo actuar, qué decir, e identificar cuándo se pondrá más nerviosa.

Estas son solo algunas técnicas que podrían resultarte útiles. Ten en cuenta que hay muchas otras que no he mencionado. Además, considera que no hay dos niños neurodivergentes iguales, así que elige las técnicas que te resulten más útiles e ignora las que no.

Si quieres hablar con más detalle sobre las estrategias más adecuadas para tu hijo, ponte en contacto conmigo. Recuerda también que es muy importante que te cuides. En REC Parenting, podemos apoyarte a ti y a tu hija.

Os dese todo lo mejor.

Un abrazo,

Ana

Dr Ana Aznar

Nos ha pasado a todos: Estás en el supermercado con tu hijo de 2 años. Intentas distraerle para que no vea las galletas pero las ve y cuando le dices que es tarde para comer galletas y que no se las vas a comprar, ya sabes lo que viene: Crisis total en el pasillo 31 del supermercado. Algunos clientes te miran con cara de «Qué mal padre» mientras otros ponen cara de «Te entiendo totalmente, no te preocupes«. ¿Y tú qué haces? ¿Sacas a tu hijo a rastras del supermercado o le dejas llorando y pataleando en el suelo durante los 20 minutos más largos de tu vida?  

Veamos la ciencia detrás de las rabietas.

¿Qué Es una Rabieta?

Son episodios breves de conductas extremas y en ocasiones agresivas en respuesta a la frustración o la ira. Por lo general, incluyen: llorar, golpear, arrojar objetos, morder, empujar, y contener la respiración.

¿Por qué Ocurren las Rabietas?

Suceden porque en esta etapa a tu hijo le resulta muy difícil controlar sus emociones. A esta edad los niños cuando están felices, están MUY felices y cuando están enfadados, están MUY enfadados. Al mismo tiempo, los niños se vuelven más independientes. La mayoría de ellos ahora pueden caminar y con esta recién adquirida independencia física, quieren que se les permita hacer cosas. Y cuando les dices “NO”, comienza la frustración. Y como no pueden controlar esa frustración y no tienen la capacidad de decirte cómo se sienten, ¡comienza la rabieta!

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Entonces… ¿Puedo Evitar que Ocurran las Rabietas?

Buenas noticias: ¡Sí! Las rabietas ocurren por hambre, cansancio, enfermedad y frustración. Por eso, la prevención es la mejor forma de evitarlas.

Algunos Consejos Útiles Son:

  • Establece una rutina constante para que el niño sepa cuándo es hora de acostarse, bañarse, comer y jugar.
  • Lleva siempre algo de comer cuando estés fuera de casa para evitar que tu hijo tenga hambre y se ponga de mal humos. 
  • Si es posible, evita actividades “aburridas” como ir al supermercado o a la oficina de correos a la hora de la siesta o de la cena, cuando es más probable que tu hijo esté cansado e irritable.
  • Ten juguetes listos para distraer a tu hijo si comienza a frustrarse.

La Teoría Está Muy Bien Pero No Pude Evitar la Rabieta y Ahora Me Enfrento a una Rabieta Bestial: ¿Qué Hago?

No hay mucho que puedas hacer una vez que comienza la rabieta. Lo mejor que puedes hacer es esperar. Asegúrate de que tu hijo esté seguro (a veces se pueden golpear la cabeza contra la pared o el suelo), y quédate cerca pero no hagas nada. Una vez que terminen, sécale las lágrimas y redirige su atención a otra actividad.

No cedas. Si cedes a la rabieta, estás reforzando el comportamiento y tu hijo sabrá que cada vez que tenga una rabieta, obtendrá lo que quiere. Sabemos que puede ser doloroso ver llorar y patalear a tu niño, pero lo mejor para él es esperar a que termine.

Mi Hijo Se Acerca a los Dos Años: ¿Con Qué Frecuencia Puedo Esperar que Ocurran Rabietas?

Stressed mother sitting on the sofa while her adhd children run around the living room. Hyperactive son and daughter giving single parent a headache. Active siblings chasing each other in the house

Las rabietas ocurren entre los dos y tres años de edad, pero pueden ocurrir incluso a los 12 meses. Ocurren en el 87 % de los niños de 18 a 24 meses, el 91 % de los de 30 a 36 meses y el 59 % de los de 42 a 48 meses. Suelen ocurrir una vez al día durante unos tres minutos. No existen diferencias en la prevalencia de rabietas entre niños y niñas.

A medida que el niño crece y aprende a expresar con palabras sus sentimientos, la frecuencia, duración y gravedad de las rabietas disminuyen (¡No desesperes! ¡Hay luz al final del túnel).

¿Qué Pasa con las Rabietas en el Caso de los Niños Neurodivergentes?

Los niños neurodivergentes pueden experimentar rabietas más frecuentes y agresivas porque suelen tener más dificultades para expresar sus sentimientos.

En el caso de los niños con autismo, es importante diferenciar entre rabietas y crisis nerviosas. Una crisis es más emocional, más fuerte, dura más y es más difícil de manejar que una rabieta. Una crisis ocurre cuando el niño se siente abrumado sensorial o emocionalmente. Es un signo de angustia que el niño no puede controlar. Las crisis pueden durar hasta 20 minutos y pueden ocurrir a cualquier edad.

Al igual que las rabietas, las crisis pueden prevenirse reconociendo los desencadenantes y utilizando técnicas como la distracción y manteniendo una rutina constante. Lo más importante que debe hacer en caso de una crisis nerviosa es asegurarse de que su hijo esté seguro y no pueda lastimarse mientras dure.

Entiendo Cómo Cuidar a mi Hijo Durante una Rabieta o una Crisis, Pero ¿Qué Pasa Conmigo?

Las rabietas y las crisis pueden llevarte al límite. Estamos contigo.

Intenta mantener toda la calma que puedas. Si crees que vas a perder el control, asegúrate de que tu hijo esté a salvo y sal de la habitación unos segundos para calmarte. Otra técnica útil es llamar a un amigo y charlar para distraerte mientras te asegura sde que tu hijo esté seguro. O pedirle a un vecino que entre en casa.

Los niños pequeños pueden hacerte perder los nervios. Intenta mantener la calma y no perder la paciencia. Y recuerda, aunque a veces lo parezca, esta fase no durará para siempre.

Esperamos que hayas encontrado útil este artículo. Recuerda que te puedes pone ren contacto con tu expert de REC Parenting para comentarle cualquier duda.  Si tienes alguna pregunta o comentario, envíanos un correo electrónico a hello@recparenting.com Estamos aquí para ayudarte a tí y a tu familia.

Con todo nuestro cariño,

Ana

Dra Ana Aznar

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