«¿Consejos para la ansiedad en niños menores de 10 años?»
La ansiedad es una sensación de preocupación, inquietud o miedo. Se experimenta como una combinación de sentimientos, pensamientos y sensaciones físicas en nuestro cuerpo.
Todos sentimos ansiedad a veces. Es la emoción que deberíamos sentir cuando nos enfrentamos a ciertas situaciones. Por ejemplo, es normal, e incluso bueno, sentir ansiedad antes de un examen, ya que nos motiva a repasar. El problema surge cuando la ansiedad se vuelve excesiva, nos paraliza y afecta nuestra vida diaria.

Lo mejor que podemos hacer por un niño ansioso es ayudarlo a controlarla. Es recomendable ayudarle a comprender cómo funciona la ansiedad. Primero, ayúdelo a identificar qué situaciones lo causan. ¿Un examen, ir a casa de un amigo, o hacer una actividad nueva? Ayúdelo a identificar cuándo se siente ansioso y cómo se siente cuando lo está. Por ejemplo: «¿Sientes un nudo en el estómago? ¿Sientes que se te acelera el corazón? ¿Te sudan las palmas de las manos? ¿Tienes miedo?». Explícale que la ansiedad, como cualquier otra emoción, es pasajera y que todos la sentimos a veces.
Una vez que identifiqueis esas situaciones, hay estrategias para ayudar a manejar esa ansiedad:
- Respirar profunda y lentamente diez veces.
- Ponerse agua muy fría en las muñecas.
- Pensar en un lugar o en alguien que le haga feliz (por ejemplo, la playa, su habitación, su perro…).
- Representar una situación nueva que le genere ansiedad. Por ejemplo, si se pone ansioso cada vez que tiene que hacer algo nuevo, explícale paso a paso lo que sucederá. Esto le ayudará a sentirse más en control.
No es necesario hacer todas estas cosas cada vez; se trata de descubrir cuáles de estas estrategias le funcionan. A algunos niños les resulta útil tener una caja de preocupaciones, donde pueden escribir y colocar todas sus preocupaciones. A otros les resulta útil tener un «tiempo para preocuparse»: durante 10 minutos pueden decir todo lo que les preocupa y luego retomar sus actividades. Si realiza alguna de estas dos actividades, no la haga antes de acostarse.
Recuerda que el objetivo no es eliminar la ansiedad de la vida de tu hijo, sino ayudarlo a gestionarla. No puedes prometerle que no tendrá problemas, pero sí puedes decirle que confías en que es capaz de afrontarlos, aunque a veces sea difícil. Respeta sus sentimientos, pero no los exageres. Por ejemplo, si está ansioso porque va al médico, dile algo como: «Sé que estás ansioso. Yo voy a estar contigo todo el rato».
Por último, ved las películas Inside Out e Inside Out 2. Estas dos películas son muy útiles para hablar de emociones con nuestros hijos. La primera no habla de la ansiedad, pero la segunda sí.
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Love,
Ana
«¿Cómo ayudar a niños con ansiedad? Mi hijo ha estado mostrando síntomas de depresión y ansiedad, como no ir a la escuela, negarse a comer y no querer hablar con otros niños de su edad. Esto ha convertido a su hermanita en una niña asustadiza, porque no entiende. Yo misma desconozco el tratamiento para la ansiedad y la depresión. Gracias de antemano.»
Lamento mucho que tu hijo esté pasando por esto.
Al igual que ocurre con los adultos, es muy normal que los niños a veces sienten ansiedad. Pero si la ansiedad de tu hijo está afectando su vida diaria, entonces necesitamos darle apoyo.
Estos son algunos cosas que puedes hacer:
- Intenta entender qué le está pasando. Una vez que entiendas qué está pasando, estarás en una mejor posición para poder ayudarle. Intenta hacer con él un iceberg de ansiedad. Así es como funciona. Dibuja el iceberg. En la parte superior, la parte que está por encima del agua, escribe los comportamientos que puedes ver: su llanto, no ir al colegio, no comer, no hablar con otros niños…. Luego, habla con él sobre lo que está pasando debajo del agua, las cosas que no puedes ver. Puedes preguntarle: «Me pregunto qué está pasando dentro de ti. Me pregunto si estás teniendo problemas con tus amigos… Me pregunto si te estás costando mucho entender lo que estais aprendiendo en el cole… Me pregunto si a lo mejor te parece que hay demasiado ruido en el colegio…». Anímalo a que diga lo que está pasando. Escríbelo en el iceberg, o mejor aún, pídele que lo escriba él mismo o que lo dibuje (dependiendo de su edad).

- Una vez que hayas hecho este ejercicio, tendrás una mejor idea de lo que está pasando. Yo hablaría entonces con sus profesores. Pídeles que te cuenten cómo le va a tu hijo en el colegio. ¿Está contento? ¿Está solo en los recreos o con amigos? ¿Presta atención en clase? ¿Se concentra en sus estudios? ¿Tiene buenas notas?
- Dado que la ansiedad de tu hijo está afectando su vida diaria, te animo a buscar apoyo profesional. Si te pones en contacto conmigo, te pondré en contacto con un terapeuta que se adapte a las necesidades de tu hijo. El terapeuta trabajará con él para manejar su ansiedad y también te enseñara a tí herramientas y técnicas para que le sepas ayudar. Una vez que hayáis visto al terapeuta, habla otra vez con us profesores para que entre todos podáis diseñar un plan para apoyar a tu hijo.
- Por último, recuerda cuidarte. Lo mejor que puedes hacer es dar a tu hijo amor, una rutina y confianza en su capacidad para afrontar la situación, incluso cuando no crea en sí mismo.
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Espero que esta información te resulte útil.
Un abrazo,
Ana
¿Es Siempre Mala la Ansiedad?
¡No! Estamos atravesando un período en el que pensamos que nunca deberíamos sentir ansiedad, ni enfado, ni tristeza. Además, queremos proteger a nuestros hijos, para que nunca se sientan ansiosos, enfadados o tristes. El problema es que al hacer esto estamos patologizando experiencias que son normales. Hay situaciones, como cuando tenemos un examen, en las que sentir cierto grado de ansiedad es bueno porque nos motiva a repasar. Existe algo llamado ansiedad saludable. No debemos evitar sentir emociones negativas porque a veces es lo que se supone que debemos sentir. Las emociones negativas son adaptativas.
Debido a que están creciendo con esta mentalidad, muchos niños y adolescentes asumen que toda la ansiedad es mala, por lo que es una buena idea hablar con tu hijo sobre cómo se ve la ansiedad saludable y la no saludable. Sentir ansiedad cuando tienes un examen mañana es saludable. Sin embargo, es cierto que a veces podemos experimentar demasiada ansiedad.
¿Cómo Sabemos Cuando un Niño Está Demasiado Ansioso? ¿En Qué Momento la Ansiedad Se Convierte en Algo Nocivo?
La ansiedad aparece cuando nos preocupamos por algo que va a pasar, como un examen, una presentación, una visita al médico… Está bien sentir algo de ansiedad ante estas situaciones. Sin embargo, hay dos situaciones que deberían preocuparnos si le están sucediendo a nuestro hijo. Una, que tu hijo esté constantemente sintiendo ansiedad incluso cuando no hay una razón aparente para ello. Dos, que cuando se enfrenta a una situación complicada, como un examen, el nivel de ansiedad que experimenta tu hijo lo esté paralizando y no pueda funcionar bien. En ambos casos, es buena idea explorar qué está pasando y considerar buscar asesoramiento profesional.
Mi Hijo Tiene Mucha Ansiedad Ante los Exámenes, ¿Qué Puedo Hacer?
- Charla con él para dejarle que entienda que la ansiedad es una emoción sana y que no hay nada malo en sentir ansiedad siempre y cuando pueda controlarla.
- Ayuda a tu hijo a desarrollar una mentalidad de crecimiento. A menudo decimos cosas como: “Soy una persona ansiosa y punto” y si bien es cierto que podemos tener tendencia a la ansiedad, eso no significa que no haya nada que podamos hacer para solucionarla. Por eso, es importante decirle a tu hijo: “Sí, estás nervioso, pero puedes trabajar en ello. Hay formas de lidiar con la ansiedad”. En este sentido, habla con él sobre qué influencers sigue en TikTok. Para algunos, su diagnóstico de ansiedad (o su diagnóstico autoproclamado) se ha convertido en parte de su identidad. Podría ser que tu hijo los esté imitando incluso sin darse cuenta de que lo está haciendo.
- Considera el mensaje que estás dando cuando habla de los exámenes. Las investigaciones muestran que los niños reaccionan mal cuando el mensaje se centra en los posibles resultados negativos. Por ejemplo, cuando decimos cosas como: “Si no trabajas duro, no entrarás en una buena universidad”, los niños tienden a sentirse amenazados y esto aumenta su ansiedad ante los exámenes. Es mejor señalar los beneficios del trabajo duro en lugar de las consecuencias del fracaso.
- Crea un nuevo hábito: anima a tu hijo a escribir sus emociones antes de cada examen. Sé que esto suena un poco absurdo, pero hay investigaciones que demuestran que al hacer esto, los niños sacan sus pensamientos preocupantes de su sistema y obtienen mejores resultados en el examen.
- Si tu hijo se siente muy ansioso, ayúdalo a cambiar su enfoque: anímalo a pensar en otra cosa. Lo ideal es que sea algo que le resulte reconfortante. Puede ser algo que le guste hacer, un lugar que le guste, una mascota o alguien que le haga feliz. Anímalo a pensar en esto cada vez que sienta pánico.
- Si tu hijo tiene un momento en el que se siente muy, muy ansioso, crea una experiencia sensorial que lo ayude a salir de ese estado. Dale cubitos de hielo para que los sostenga, pídele que se frote un cubito de hielo en la cara o los brazos, o dile que se dé una ducha fría. Cuando un niño hace estas cosas, se distrae de los sentimientos y pensamientos ansiosos que estaba experimentando.
- Por último, los clásicos: fomenta el ejercicio, una dieta saludable, el sueño suficiente y menos tiempo frente a la pantalla. Ya sé que usted las ha escuchado miles de veces y también su hijo, pero hay una razón por la que todos los expertos siguen repitiéndolas: funcionan. Si a su hijo no le impresiona ni le hace gracia, ¿por qué no actúa en todas o algunas de ellas, en familia? Incluso puede crear un desafío familiar con recompensas divertidas.

Todo Esto Tiene Sentido, Pero ¿Podrías Explicarme Por Qué, Aunque mi Hijo Tiene Mucha Ansiedad, No Estudia?
A veces, cuando tenemos ansiedad por algo, lo evitamos por completo. Y terminamos empeorándolo, lo que solo hace que nuestra ansiedad se dispare. En el caso de los exámenes, esto puede llevar a la postergación, a que estudien menos y esto aumenta su miedo a suspender y al examen en sí.
Si esto está sucediendo, es posible que tu hijo necesite algo de apoyo para organizarse. Ayúdale a hacer un horario realista, a crear una estrategia de estudio y ayúdale a cumplirla.
Mi Hijo Dice que Por Mucho que Estudie Seguro que Suspende
Cuando los niños tienen la idea de que fracasarán sin importar cuánto lo intenten, en lugar de decirles que todo estará bien (porque puede que no sea así), dile que le quieres pase lo que pase y que si las cosas salen mal, podrán afrontarlas y tu estarás allí para él.
Además, cuestiona estas creencias negativas que tu hijo sobre sí mismo. ¿Por qué cree que fracasará pase lo que pase? ¿Qué evidencia hay? ¿Siempre ha fracasado? Cuando usamos declaraciones de todo o nada como «nunca«, «nadie«, «un 100%», «siempre«, nos referimos a una fantasía, una creencia familiar que necesita ser cuestionada y cambiada. Anímelos a cambiar estas creencias por otras positivas: «Si trabajo duro, tengo más posibilidades de hacerlo bien que de fracasar».
Por último, Ten en Cuenta que, al Igual que los Virus, Nuestras Emociones Se Transmiten Socialmente.
El contagio socioemocional es un fenómeno bien conocido por el cual las emociones se propagan de persona a persona dentro de un grupo de iguales. La ansiedad es contagiosa. Por lo tanto, si el grupo de amigos de tu hijo está muy ansioso, es probable que tu hijo también esté ansioso. Esto es especialmente relevante para los adolescentes, porque son muy sensibles a la influencia de los compañeros y les resulta especialmente difícil regular sus emociones. Si tu hijo piensa que sus amigos lo están haciendo sentir más ansioso, sugiérele que, durante el período de exámenes, reduzca el tiempo que pasan juntos. También puedes hablarlo con su tutor para ver si está dispuesto a realizar algunas técnicas grupales para ayudar a lidiar con la ansiedad.
Vale, Has Hablado de la Ansiedad de mi Hijo, Pero ¿Qué Pasa con mi Propia Ansiedad?
Es totalmente normal que tengas ansiedad o preocupación por los exámenes de tus niños. De hecho, las investigaciones muestran que nos estamos sintiendo más ansiosos como sociedad. Como padres, es importante tener en cuenta que transmitimos nuestra ansiedad a nuestros hijos, y esta es una de las razones por las que la ansiedad también es más común ahora en los niños. El problema es que mucho de lo que transmitimos a nuestros hijos, lo hacemos sin siquiera darnos cuenta. Incluso si no les decimos explícitamente a nuestros hijos lo ansiosos que nos sentimos, ellos lo notan porque captan la forma en que hablamos, nuestro comportamiento, expresiones faciales, etc. Si te sientes ansioso, utiliza las mismas técnicas que acabamos de explicar.
Una última reflexión. Vivimos en una sociedad donde la crianza intensiva es la norma. Muy a menudo, los padres evalúan su propio nivel de autoestima en función del rendimiento académico de sus hijos. Recordemos que este no es el caso: las notas de tu hijo no te definen como un padre malo, aceptable o maravilloso. Los resultados de los exámenes son solo una evidencia del conocimiento de tu hijo sobre temas específicos en un momento determinado. Solo eso.
Espero que este artículo te resulte útil. Estamos realizando talleres sobre este tema en colegios y empresas. Si estás interesado, ponte en contacto con nosotros. Si tu colegio o lugar de trabajo no está interesado, envíame un correo electrónico de todos modos y podemos organizarlo para un grupo de tus amigos (¿con una copa de vino?). ¡Le deseamos a tu hijo toda la suerte en los exámenes!
Un abrazo,
Ana