En mis sesiones de terapia, a menudo escucho a parejas de padres preguntar: «¿Qué nos pasó? ¡Solíamos ser tan relajados y despreocupados!» Incluso las relaciones más sólidas se pueden tambalear con el cambio radical que supone la incorporación de un bebé a la familia (1). Desde desafíos prácticos como dormir lo suficiente y como gestionar el cuidado de los niños, hasta diferentes expectativas mutuas ahora como pareja, generan problemas en la pareja.
Tal vez no deberíamos sorprendernos de que la satisfacción en la relación pueda disminuir después de tener hijos (2). Cuando nos convertimos en padres, tenemos mucho menos acceso a los factores protectores de la relación que nos hacen sentir estrechamente conectados (piensa en: tiempo para charlar, tiempo para relajaros, tiempo para tener sexo) (3).
Independientemente de lo normal que sea encontrar desafiante la transición de pareja romántica a pareja de padres, sigue siendo un fenómeno del que rara vez se habla. Las redes sociales están inundadas de muchas formas de compararse y, naturalmente, solo vemos fotos de familia y pareja sonrientes y felices. Sabemos que si los padres se sienten aislados y avergonzados por sus dificultades, es menos probable que busquen ayuda, lo que puede empeorar aún más los problemas en la relación.
Se ha dicho que alimentar la relación junto con la crianza reduce el estrés en la familia (4). Las relaciones pueden soportar niveles más altos de estrés cuando se fortalecen con apoyo y atención mutuos.
Pero, ¿cómo se manifiestan realmente ese apoyo y atención mutuos en los meses y años de la paternidad temprana?
La Comunicación Es Clave
Una buena comunicación en pareja es esencial. Ya sea hablar para hacer un plan de acción para abordar el nuevo horario de sueño de vuestro bebé o hablar un rato sobre cómo está vuestra relación de pareja . A menudo, nos olvidamos de lo importante que es escuchar. Escuchar bien nos ayuda a comprender el punto de vista de nuestra pareja y es un predictor sólido de la satisfacción en la relación (5). Puede parecer obvio, pero para escuchar de verdad, a menudo necesitamos dejar de hacer lo que estamos haciendo y prestar plena atención a las palabras y al lenguaje corporal de nuestra pareja. Es fácil caer en la trampa de escuchar a medias mientras pensamos en qué decir a continuación, pero escuchar de verdad requiere plena atención.
Las palabras que usamos también dan forma a cómo nos comunicamos. El uso de declaraciones en primera persona ayuda a prevenir la actitud defensiva y abre la puerta a la comprensión. En lugar de culpar, describe cómo te sientes y lo que experimentas desde tu perspectiva.
Como Manejar el Conflicto
El conflicto es inevitable en las relaciones, y la crianza de los hijos suele crear conflicto. Tal vez tengáis ideas diferentes sobre como criar a vuestros hijos o te sientas molesto por una distribución desigual de las tareas del hogar.
La investigación distingue entre el conflicto destructivo y constructivo (6). El conflicto destructivo generalmente implica ataques personales, falta de resolución y nos genera angustia emocional . Estas son las peleas en las que todos se sienten heridos y probablemente se arrepienten de algo dicho en el calor del momento. El conflicto constructivo, por otro lado, se centra en el tema en cuestión, muestra respeto mutuo y tiene como objetivo resolver el problema a través del compromiso o la colaboración.
Es posible discutir «bien», pero no siempre es fácil hacerlo. Un consejo para un conflicto más constructivo es tratar siempre de centrarse en el tema en cuestión y no en la persona.
Hay que Aceptar que las Relaciones Cambian
Animo a los padres a que consideren sus vidas como pareja como si estuvieran en distintas estaciones. Esto introduce una forma de aceptar los cambios en la relación (así como aceptamos el cambio de estaciones) y reconoce que algo que ahora parece difícil, probablemente cambiará.
Se necesita confianza y un sentido de vulnerabilidad para abrirse a su pareja sobre algunas de las formas en que su relación podría haber cambiado desde que se convirtieron en padres. La confianza puede ser más difícil de conseguir si sentimos que no estamos en el mismo equipo.
Para algunas parejas, puede ser que hablar con un profesional imparcial, como en una terapia de pareja, sea la respuesta correcta; para otras, mejorar la comunicación y la apertura entre sí poco a poco marca la diferencia.
Reconstrucción de Factores de Protección
La comunicación, la intimidad y el tiempo de calidad juntos se ven afectados cuando nace un bebé. Tendemos a pensar en la intimidad únicamente en relación a la intimidad sexual, y por supuesto que eso juega un papel, pero la intimidad y el sexo son cosas diferentes.
La conexión física puede presentarse de muchas formas, como abrazos o besos, y pequeños gestos, como comprar la comida favorita de tu pareja, pueden mantener viva la cercanía emocional.
Puede ser realmente difícil entre los cambios de pañal y la falta de sueños comunicar cómo nos sentimos. Esto puede aumentar la sensación de distancia entre ambos. Puede ser útil reservar tiempo para hablar, compartir una actividad y centrarse el uno en el otro (7) . Si salir juntos una noche parece imposible en este momento, a menudo sugiero que las parejas se comprometan a solo un momento de la semana (una noche tranquila cocinando la cena, un paseo el sábado por la tarde con el cochecito) en el que puedan comprometerse a hablar y escucharse mutuamente.
Sobre la Autora
La Dra. Naomi Gibson es psicóloga clínica con más de 12 años de experiencia trabajando en entornos de salud mental. Trabaja en un consultorio privado en Ámsterdam apoyando a los padres en el «período perinatal», desde el embarazo hasta el parto y todos los aspectos de la transición a la paternidad. Está particularmente interesada en las formas en que las relaciones de pareja cambian (¡para bien o para mal!) una vez que llegan los niños, y recientemente lanzó «Stick Together – Tarjetas de Conversación para Nuevos Padres», que son un conjunto de 40 tarjetas de preguntas creadas para acercar a las parejas mientras navegan por la paternidad. Puedes comprarlas aquí.
Referencias
(1) Doss, B. D., Rhoades, G. K., Stanley, S. M., & Markman, H. J. (2009). The effect of the transition to parenthood on relationship quality: An 8-year prospective study. Journal of Personality and Social Psychology, 96(3), 601–619. https://doi.org/10.1037/a0013969
(2) Karimi, R., Bakhitoyari, M., Arani, A. M. (2019). Protective factors of marital stability in long-term marriage globally: a systematic review. Epidemiol Health. doi: 10.4178/epih.e2019023
(3) Twenge, J. M., Campbell, W. K., & Foster, C. A. (2003). Parenthood and Marital Satisfaction: A Meta-Analytic Review. Journal of Marriage and Family, 65(3), 574–583. https://doi.org/10.1111/j.1741-3737.2003.00574.x
(4) Gottman, J., & Gottman, J. (2008). And Baby Makes Three:The Six-Step Plan for Preserving Marital Intimacy and Rekindling Romance after Baby Arrives. New York: Harmony Press
(5) Walker, S.A., Pinkus, R.T., Olderbak, S. et al. People with higher relationship satisfaction use more humor, valuing, and receptive listening to regulate their partners’ emotions. Curr Psychol 43, 2348–2356 (2024). https://doi.org/10.1007/s12144-023-04432-4
(6) Gao, M., Du, H., Davies, P.T. and Cummings, E.M. (2019), Marital Conflict Behaviors and Parenting: Dyadic Links Over Time. Fam Relat, 68: 135-149. https://doi.org/10.1111/fare.12322
(7) Anderson, S. A., Russell, C. S., & Schumm, W. R. (1983). Perceived marital quality and family life-cycle categories: A further analysis. Journal of Marriage and Family, 45(1), 127–139. https://doi.org/10.2307/351301