Pocos temas son tan controvertidos como el síndrome del bebé sacudido (SBS). Mientras algunos expertos médicos defienden que hay pruebas suficientes para respaldarlo, otros cuestionan el diagnóstico. Sigue leyendo para descubrir qué es el síndrome del bebé sacudido, cómo prevenirlo y de qué se trata la controversia.
¿Qué Es el Síndrome del Bebé Sacudido?
El síndrome del bebé sacudido (1) es una lesión cerebral grave que ocurre cuando un padre o un cuidador sacude violentamente a un bebé. Como el cerebro, el cuello y el cráneo del bebé aún son inmaduros, sacudir violentamente puede causar hinchazón, hematomas y sangrado en el cerebro. Como resultado, el cerebro puede sufrir daños permanentes, lo que perjudica el desarrollo futuro del bebé o incluso lo mata.
El síndrome del bebé sacudido también se conoce como síndrome del latigazo cervical, traumatismo craneoencefálico infligido, síndrome de impacto sacudido o traumatismo craneoencefálico por maltrato.
El Centro Nacional sobre el Síndrome del Bebé Sacudido (NCSBS) en EE. UU. estima que hay entre 600 y 1400 casos de síndrome del bebé sacudido al año. Es la principal causa de muerte por abuso físico infantil en EE. UU.
Síntomas del Síndrome del Bebé Sacudido
Los síntomas (2) varían mucho y son causados por una inflamación generalizada del cerebro. Pueden aparecer inmediatamente después de la sacudida y tienden a alcanzar un pico en un plazo de 4 a 6 horas. A menudo, no hay signos físicos evidentes de violencia o lesión, por lo que los padres y cuidadores pueden no estar al tanto de lo que le ha sucedido al bebé. Como resultado, pueden pensar que el bebé está inquieto porque tiene un virus o un resfriado.
Estos signos y síntomas pueden indicar el síndrome del bebé sacudido:
- Hinchazón del cerebro, sangrado en los ojos y sangre en una capa protectora que se encuentra entre el cerebro y el cráneo, llamada duramadre. Estos tres síntomas suelen denominarse «tríada».
- Vómitos.
- Falta de apetito.
- Pupilas dilatadas que no responden a la luz.
- Problemas respiratorios y respiración irregular.
- Parada cardíaca.
- Convulsiones.
- Debilidad y letargo.
- Irritabilidad.
- Coma.
- Fractura de femur, humero o costillas.
- Muerte.
¿Cómo Se Diagnostica el Síndrome del Bebé Sacudido?
- Historia médica del bebé (3).
- Examen de hemorragias retinianas.
- Rayos- X.
- Resonancia magnética.
- Tomografías computarizadas (TC).
- Prueba de detección de drogas.
- Análisis de sangre.
- Una investigación médica, forense y social exhaustiva que excluye diagnósticos alternativos, enfermedades subyacentes y traumas accidentales.
¿Cómo se trata el síndrome del bebé sacudido?
Se trata (4) de la misma manera que cualquier hemorragia craneal. Por lo general, se drena el cerebro mediante un procedimiento quirúrgico.
Es importante que los padres revelen el incidente lo antes posible para evitar mayores daños a la salud física y mental del bebé.
Pronóstico del Síndrome del Bebé Sacudido
Aunque cada caso de SBS es diferente, el pronóstico es malo (5) en la mayoría de los casos. Es una causa común de lesiones traumáticas graves y mortalidad en los bebés.
Las discapacidades comunes incluyen:
- Retraso en el lenguaje.
- Retraso en el desarrollo.
- Discapacidades de aprendizaje.
- Parálisis.
- Convulsiones.
- Epilepsia.
- Parálisis cerebral.
- Sordera.
- Pérdida de visión.
- Ceguera.
La tasa de mortalidad es de aproximadamente el 15-25%. De los que sobreviven, el 80% sufre discapacidades a largo plazo. Alrededor del 5-10% queda en estado vegetativo, el 30-40% sufre discapacidad visual, el 30-50% sufre parálisis o retraso del desarrollo y el 30% sufre episodios epilépticos.
¿Hasta Qué Edad Puede Presentarse el Síndrome del Bebé Sacudido?
Se puede observar en niños de hasta 5 años de edad, pero es más probable durante el primer año de vida (6). Se presenta con mayor frecuencia en bebés menores de seis meses.
¿Quién Tiene Más Probabilidades de Hacerle Esto a un Bebé?
- La etnicidad, la raza o el estatus socioeconómico no juegan un papel significativo en el SBS (7).
- Un factor que influye es el estado psicológico del padre o cuidador.
- Los hombres son más propensos a sacudir violentamente a sus bebés.
¿Hay Algunos Bebés en Mayor Riesgo que Otros?
Sí, los bebés (1) que son:
- Nacen prematuros (suelen ser más inquietos y más propensos a llorar)
- Varones.
- Menores de 4 meses.
- Tienen patologías (requieren cuidados parentales más complejos)
¿Cómo Pueden los Padres y Cuidadores Prevenir el Síndrome del Bebé Sacudido?
El desencadenante número uno del síndrome del bebé sacudido es la frustración cuando el bebé no deja de llorar. Todos los bebés lloran, sin embargo, algunos lloran más que otros, lo que puede hacer que sea más difícil para los padres y cuidadores mantener la calma. Por lo general, los bebés lloran durante 4 o 5 horas al día, y alcanzan su punto máximo entre las 6 y 8 semanas de vida. A partir de los 3 meses aproximadamente, la mayoría de los bebés comienzan a llorar un poco menos.
Esto significa que el síndrome del bebé sacudido es totalmente prevenible y que se deben hacer esfuerzos para educar a los padres sobre el llanto normal del bebé y cómo prevenirlo. Existe un programa llamado «Período de Llanto Morado» que ha sido desarrollado por el Centro Nacional del Síndrome del Bebé Sacudido, que está teniendo bastante éxito.
El programa se explica así:
Pico de llanto: su bebé puede llorar más cada semana, más en el mes 2, luego menos en los meses 3 a 5.
Inesperado: el llanto puede aparecer y desaparecer, y usted no sabe por qué.
Se resiste a que lo calmen: es posible que su bebé no deje de llorar sin importar lo que intente.
Cara de dolor: un bebé que llora puede parecer que tiene dolor, incluso cuando no es así.
Larga duración: el llanto puede durar hasta 5 horas al día o más.
Noche: su bebé puede llorar más por la tarde y por la noche.
¿Puede Lanzar a un Bebé al Aire o Jugar Bruscamente con Él Provocar el Síndrome del Bebé Sacudido?
No. La fuerza necesaria para provocar el síndrome del bebé sacudido hace que sea muy poco probable que ocurra por accidente.
Las lesiones por SBS no son causadas por:
- Lanzar a un bebé.
- Bouncing a baby on your knee.
- Hacer saltar a un bebé en nuestras rodillas.
- Paradas repentinas en un coche o conducir sobre baches.
- Correr o montar en bicicleta con tu bebé.
Controversia Entre Expertos Médicos
La opinión de la mayoría de los expertos médicos, las fuerzas policiales y los fiscales es que cuando se encuentra la tríada de síntomas (hinchazón cerebral, sangrado en los ojos y sangre en la duramadre), es muy probable que el bebé haya sido sacudido violentamente. Incluso cuando no hay otros signos físicos de abuso, como hematomas, fracturas o lesiones en el cuello. Argumentan que aunque la presencia de la tríada no es absolutamente diagnóstica de abuso infantil, es muy sugerente del diagnóstico, particularmente si no hay otras lesiones por impacto. La ausencia de una explicación obvia alternativa justifica una investigación para determinar si el niño (8) ha sido objeto de abuso.
Por otro lado, durante las últimas décadas, un número creciente de escépticos han cuestionado si alguna vez hay evidencia suficiente para vincular la tríada con un bebé sacudido. Afirman que el SBS nunca puede diagnosticarse con absoluta certeza.
Las implicaciones de este debate son increíblemente importantes. A veces, los bebés abusados son dejados a merced de sus abusadores cuando sus padres no son llevados a juicio o no son declarados culpables. Por otra parte, los padres pueden ser acusados erróneamente de maltratar a sus hijos, pueden ser condenados injustamente y sus hijos pueden ser retirados injustamente del hogar.
El término «síndrome del bebé sacudido» fue citado por primera vez en 1972 por el neurocirujano pediatra británico Norman Guthkelch. Basándose en unos pocos casos, introdujo la hipótesis de que sacudir a un bebé hacia atrás y hacia adelante como si fuera un latigazo cervical podría causar la tríada de síntomas. Sin embargo, años más tarde Guthkelch creyo (9) que se estaban produciendo injusticias y más adelante en su vida se convirtió en un activista contra el «pensamiento dogmático» de los creyentes de la tríada.
Finalmente…
Aún queda mucho por entender sobre el síndrome del bebé sacudido. Lo que está claro es que nuestra principal prioridad siempre debe ser proteger a nuestros hijos. Por lo tanto, educar a los padres para que sepan cómo tratar a un bebé que llora y los peligros de sacudirlo es de suma importancia.
En REC Parenting, nuestro objetivo es brindarte las herramientas para manejar esos momentos en los que el bebé no deja de llorar. Si tienes alguna pregunta sobre este tema o quieres hablar con uno de nuestros terapeutas, ponte en contacto conmigo. ¡Estamos aquí para ayudar!
Un abrazo,
Ana
Referencias
(1) Latino, A. L., Miglioranzi, P., Coppo, E., & Giannotta, F. (2024). Knowing, recognizing, and preventing shaken baby syndrome: The role of primary care pediatrician. Global Pediatrics, 9, 100206.https://doi.org/10.1016/j.gpeds.2024.100206
(2) Ludwig, S., & Warman, M. (1984). Shaken baby syndrome: a review of 20 cases. Annals of emergency medicine, 13(2), 104-107. https://doi.org/10.1016/S0196-0644(84)80571-5
(3) Saunders D, Raissaki M, Servaes S et al (2017) Throwing the baby out with the bath water — response to the Swedish Agency for Health Technology Assessment and Assessment of Social Services (SBU) report on traumatic shaking. Pediatr Radiol 47: 1386–1389
(4) Mian, M., Shah, J., Dalpiaz, A., Schwamb, R., Miao, Y., Warren, K., & Khan, S. (2015). Shaken baby syndrome: a review. Fetal and pediatric pathology, 34(3), 169-175. DOI: 10.3109/15513815.2014.999394
(5) Antonietti, J., Resseguier, N., Dubus, J. C., Scavarda, D., Girard, N., Chabrol, B., & Bosdure, E. (2019). The medical and social outcome in 2016 of infants who were victims of shaken baby syndrome between 2005 and 2013. Archives de Pédiatrie, 26(1), 21-29. https://doi.org/10.1016/j.arcped.2018.10.002
(6) Lee, C., Barr, R. G., Catherine, N., & Wicks, A. (2007). Age-related incidence of publicly reported shaken baby syndrome cases: is crying a trigger for shaking?. Journal of Developmental & Behavioral Pediatrics, 28(4), 288-293.10.1097/DBP.0b013e3180327b55
(7) Sinal, S. H., Petree, A. R., Herman-Giddens, M., Rogers, M. K., Enand, C., & DuRant, R. H. (2000). Is race or ethnicity a predictive factor in shaken baby syndrome?. Child abuse & neglect, 24(9), 1241-1246.https://doi.org/10.1016/S0145-2134(00)00177-0
(8) Vinchon M (2017) Shaken baby syndrome: what certainty do we have? Childs Nerv Syst 33:1721–1733. https://doi.org/10.1007/s00381-017-3517-8
(9) Guthkelch AN. Problems of infant retino-dural hemorrhage with minimal external injury. Houston J Health Law Policy 2012; 201–8, ISSN 1534-7907, http://bit.ly/29b5qqn.
Did you yell at your kids over the holidays? Who didn’t??? If you are one of those parents (I am with you), you may feel awful reading recent news headlines such as: ‘Adults shouting at children can be as harmful to a child’s development as sexual or physical abuse” (CNN); ‘Shouting at children may be as damaging as physical or sexual abuse’ (The Guardian). These headlines are two examples of many articles that came out recently based on a new study considering verbal abuse a form of child abuse.
Let me be clear: I totally think that verbal abuse is a form of child abuse. But what I don’t agree with is with those headlines. In my opinion, this is an example of scientific research being misinterpreted and parenting advice missing important nuance, not only failing to help parents but provoking parental shame and guilt. What this study really found is that HOW we speak to our children matters. The tone of voice we use is important but WHAT we say is more important. There is a big difference between occasionally yelling at your child: “BRUSH YOUR TEETH, NOW!!!” and “YOU CAN’T DO ANYTHING RIGHT!!!”. Not all yelling is equally negative. There is no scientific evidence supporting that occasional yelling is negative for children.
Am I advocating that it’s good to yell at our children? Not at all, it is clearly much better to talk to our children in a calm manner. But let’s be honest: who hasn’t yelled at their kids? Unless you have nerves of steel, it is almost impossible to raise a kid without at least yelling occasionally at them. So, let’s be realistic and instead of aiming to never yell, let’s try to do it as rarely as we can, and when we do it, not to say things that we will regret.
Let’s Consider Some Relevant Aspects of Yelling
The Content of the Yelling Is More Important than the Volume
Yelling is always wrong when we insult, belittle, demean, degrade, shame, ridicule, threaten or name-call our child. We should never use our words to cause distress to our child, no matter the volume of our voice.
Frequency Matters
If the family’s ‘normal’ is yelling, chances are that the household is probably not a warm and caring environment. There are families when parents are ‘always yelling’. If this is your case, it would be a good idea to address this issue.
Watch Your Child
If your child looks scared when you yell at him, you need to stop. You never want to scare your child. When that happens, your child cannot really process what you are saying, and it is negative for their development.
Why May Yelling Be Negative for Our Children?
Children are predisposed to believe the important adults in their life. So, when we say things to our child such as “you can’t do anything right”, “you’re useless”, or “you’re stupid”, they are likely to believe us and to internalize those messages. A recent survey in the UK found that children aged 11-17 considered these three messages the most upsetting they hear from their parents and carers. Worryingly, 51% of children reported hearing at least one of these messages weekly and 1 in 10 said they heard such messages daily. Children who are treated this way have more chances to experience low self-esteem, and are at higher risk of experiencing anxiety, depression and substance and alcohol abuse.
Why Do We Yell?
Often yelling is not a discipline strategy but an emotional response. We feel overwhelmed, frustrated, impatient, tired and we may end up saying things that we regret.
To stop yelling it is important to know your triggers. It could be a messy room (definitely mine), having said the same thing over and over, being slow at getting ready, not listening, or picky eating.
Your yelling might also be influenced by how you were raised. Was yelling the norm for your parents? If that is the case, think how it made you feel and consider whether you want it to be the norm for you children.
So, if you never yell at your children: amazing! But as a parent and a psychologist I would say that it is almost impossible to never yell at your child. It will happen. The important thing is that it doesn’t become the norm. Let’s try not to, but if on occasions we do yell, let’s not blame ourselves. It doesn’t mean that we are bad parents, and it won’t harm your child irreparably and forever. And remember, you can apologize to your child. Saying “I am sorry, I’m very stressed tonight and I lost my temper” goes a long way.
If you want to learn more about this topic, watch the recording of a webinar we held in early 2024. Note that you have to be a REC Parenting member to access it. Join our community now!
I hope you have found this article useful. As always, do get in touch with us if you have any queries or comments. And remember that our parenting experts are available to support you.
Much love,
Ana