“Por favor, ¿podría decirme si el TDAH es realmente un trastorno del comportamiento? Quiero saber si mi hija lo usa como excusa para el mal comportamiento de su hijo cuando vienen a casa.»

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno del desarrollo neurológico. Los niños que lo padecen tienen dificultades para prestar atención, controlar sus impulsos y regular su comportamiento. Es un trastorno real, no una excusa. Los niños con TDAH quieren portarse bien, pero no pueden. Lo hacen lo mejor que pueden.
Te animo a que apoyes a tu hija. Ser padre o madre de un niño con TDAH puede ser muy complicado, especialmente si tu nieto se porta mal con frecuencia. No es de extrañar que los padres de niños neurodivergentes sean más propensos a experimentar problemas de salud mental y a dejar sus trabajos. Después de todo, estos padres tienen todas las preocupaciones de todos los padres, pero al mismo tiempo tienen que lidiar con el diagnóstico, los tratamientos, la medicación y las visitas al médico, sintiéndose juzgados y, a menudo, culpados por el comportamiento de sus hijos.
Puedes marcar una gran diferencia en la vida de tu hija apoyándola a ella y a su hijo. No la culpes por el comportamiento de tu nieto, porque los padres no son la causa del TDAH de sus hijos. El TDAH es real. No es una excusa.
Espero que esta información te sea útil. Si quieres hablar sobre este tema con más detalle en una sesión individual, ponte en contacto conmigo.
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I wish you and your family all the very best.
Love,
Ana
«¿Cómo puedo ayudar y apoyar a mi hija de 12 años, con autismo y TDAH, a gestionar/regular sus emociones, calmar su sistema nervioso, tomar decisiones lógicas y aprender pautas sociales?»
Criar a un niño neurodivergente puede ser un desafío. Y, muchas veces, los consejos de crianza convencionales no ayudan. Aquí tienes algunas técnicas que pueden resultarte útiles:

- Darle un nombre a sus sentimientos cada vez que tenga una emoción intensa: Diversos estudios demuestran que con solo tomarnos un momento para pensar y nombrar lo que sentimos (“nómbralo para controlarlo”), nos regulamos mas facilmente. También puedes pedirle que califique del 1 al 5 la intensidad de la emoción o que le asigne un color (por ejemplo, muy intensa es rojo, intensa es amarillo y leve es verde). Anímale a hacer esto cada vez que tenga una emoción intensa.
- Habla sobre que reacciones son adecuadas a sus emociones: una vez que comprenda lo que siente, puedes hablar sobre qué reacciones son aceptables y cuáles no. «Entiendo que estés enfadada, pero pegar a tu hermano no está bien. ¿Qué puedes hacer en vez de pegarle? ¿Quieres respirar profundamente cinco veces hasta que te calmes?». Estrategias como respirar profundamente, contar hasta 20, alejarse de la situación o tener un lugar tranquilo en casa para cuando lo necesite, la ayudarán a regularse. Discute todas estas estrategias con ella, probad cuáles son útiles y cuáles no, y practícalos con ella cada vez que experimente una emoción intensa.
- Habla sobre cómo sus reacciones afectan a otras personas: si, por ejemplo, tu hija es muy competitivo y esto le genera problemas con otros niños porque les grita cada vez que pierde un juego, habla con ella sobre por qué no puede gritarles. Déjale claro que no hay ningún problema con que se enfade, pero que gritar no es una reacción aceptable. Luego, habla con ella sobre alternativas para regular su enfado. Puede elegir entre las estrategias que comentamos en el punto 3.
- Juntos, identificar sus desencadenantes: así comprenderá qué situaciones lo desencadenan, podrá estar preparada y podrá regularse con una de las técnicas que ya he mencionado.
- Juego de roles: esta es una excelente manera de reforzar sus habilidades de regulación emocional y sus habilidades sociales. Si hay ciertas situaciones que le suelen resultar difícil, haz un juego de roles con él para practicar que hacer y decir. Por ejemplo, puede que esté muy nerviosa porque va a dormir en casa de una amiga, representa la situación con ella. Tu puedes ser la amiga y tu hija hacer de ella misma. Podríais imaginar que estáis ya en esa noche y llegais a la casa, qué harán después, qué pasa cuando finalmente se duermen… Así se sentirá más en control de la situación y podrá planificar cómo actuar, qué decir, e identificar cuándo se pondrá más nerviosa.
Estas son solo algunas técnicas que podrían resultarte útiles. Ten en cuenta que hay muchas otras que no he mencionado. Además, considera que no hay dos niños neurodivergentes iguales, así que elige las técnicas que te resulten más útiles e ignora las que no.
Si quieres hablar con más detalle sobre las estrategias más adecuadas para tu hijo, ponte en contacto conmigo. Recuerda también que es muy importante que te cuides. En REC Parenting, podemos apoyarte a ti y a tu hija.
Os dese todo lo mejor.
Un abrazo,
Ana